El acuerdo con el FMI debe dejar que el país crezca 4%
Lo planteó ayer en Italia el ministro Roberto Lavagna. Dijo que no existe solución al problema de la deuda sin crecimiento sostenido de la economía. Viajó invitado por la Iglesia Católica.
26deAgostode2003a las08:11
Desde Italia, el ministro Roberto Lavagna salió a marcar los límites en los que se encuadrará el futuro acuerdo con el Fondo Monetario. Sostuvo que la negociación con el organismo debe "dejar margen para que la Argentina pueda crecer a un ritmo del 4% anual", según informaron las agencias internacionales. Con esto Lavagna remarcó que, pese a la urgencia por cerrar trato, el gobierno no aceptará un ajuste mayor al previsto.
Lavagna habló ayer ante un auditorio de italianos expectantes por saber que pasará con la reestructuración de la deuda —es el país con mayor cantidad de tenedores individuales de bonos. Lo hizo en un debate sobre la recuperación de la economía argentina organizado por el movimiento católico Comunión y Liberación, en la ciudad italiana de Rimini, una localidad turística a la orilla del mar Adriático, que fue la cuna del cineasta Federico Fellini.
Según Lavagna, el acuerdo con el FMI es "la base necesaria para poner en orden la deuda". Pero subrayó: "nuestra posición es clara: no existe una solución al problema de la deuda sin un crecimiento sostenido de Argentina". Y agregó, "la negociación con el FMI debe garantizar márgenes de maniobra para que la economía pueda crecer a una tasa anual del 4%".
Un mensaje cifrado
Al fijar un piso de crecimiento del 4%, el ministro le mandó un claro mensaje al FMI, en momentos en que Economía espera la respuesta del organismo al borrador de la carta de intención que envió a Washington la semana pasada. La expectativa es que el FMI envíe en el transcurso de esta semana las observaciones al documento. En ese texto, el punto central es la definición en torno al nivel de nivel de ahorro fiscal para los próximos tres años. La Argentina propone que sea del 3% del Producto Bruto, pero el FMI quiere elevarlo de a poco hasta llegar al 4% en 2006. La diferencia entre los dos planteos es la magnitud del ajuste que tendrá que encarar el gobierno. Y la conclusión de Lavagna es que a mayor ajuste, menor crecimiento económico. Por eso insiste en vincular el pago de la deuda a las posibilidades de recuperación del país.
En este contexto, el ministro explicó que setiembre "será crucial" para la reestructuración de la deuda ya que los anuncios se harán en la Asamblea del Fondo Monetario en Dubai, Emiratos Arabes, a fines de ese mes. Ratificó que allí se presentará a los acreedores "un menú de opciones, con diferentes tasas de interés y de extensión del período de amortización y cada uno elegirá sobre la base de su propio interés". Atento a los reclamos de los bonistas italianos, Lavagna aseguró que los acreedores "serán tratados sobre una base de igualdad y de modo equitativo". En este punto hizo una diferenciación entre las prioridades del país y las que tienen los inversores financieros: "Es importante tener claro cuál es el interés de Argentina y no lo que quiere Wall Street". En lo que pareció un guiño a su auditorio, añadió: "estamos completamente al tanto de que las necesidades de los inversores internacionales no son las mismas que las de los inversores minoristas".
Con su presentación, Lavagna pareció ganarse la aprobación del gobierno italiano. "Estoy convencido de que el ministro Lavagna mantendrá los compromisos que ha asumido", dijo el vicecanciller Mario Baccini. Y al mismo tiempo marcó cuáles son las prioridades de su gobierno en las relaciones con Argentina: "la garantía de la protección de las inversiones extranjeras y la solución del problema de los ahorristas que invirtieron en títulos argentino
Lavagna habló ayer ante un auditorio de italianos expectantes por saber que pasará con la reestructuración de la deuda —es el país con mayor cantidad de tenedores individuales de bonos. Lo hizo en un debate sobre la recuperación de la economía argentina organizado por el movimiento católico Comunión y Liberación, en la ciudad italiana de Rimini, una localidad turística a la orilla del mar Adriático, que fue la cuna del cineasta Federico Fellini.
Según Lavagna, el acuerdo con el FMI es "la base necesaria para poner en orden la deuda". Pero subrayó: "nuestra posición es clara: no existe una solución al problema de la deuda sin un crecimiento sostenido de Argentina". Y agregó, "la negociación con el FMI debe garantizar márgenes de maniobra para que la economía pueda crecer a una tasa anual del 4%".
Un mensaje cifrado
Al fijar un piso de crecimiento del 4%, el ministro le mandó un claro mensaje al FMI, en momentos en que Economía espera la respuesta del organismo al borrador de la carta de intención que envió a Washington la semana pasada. La expectativa es que el FMI envíe en el transcurso de esta semana las observaciones al documento. En ese texto, el punto central es la definición en torno al nivel de nivel de ahorro fiscal para los próximos tres años. La Argentina propone que sea del 3% del Producto Bruto, pero el FMI quiere elevarlo de a poco hasta llegar al 4% en 2006. La diferencia entre los dos planteos es la magnitud del ajuste que tendrá que encarar el gobierno. Y la conclusión de Lavagna es que a mayor ajuste, menor crecimiento económico. Por eso insiste en vincular el pago de la deuda a las posibilidades de recuperación del país.
En este contexto, el ministro explicó que setiembre "será crucial" para la reestructuración de la deuda ya que los anuncios se harán en la Asamblea del Fondo Monetario en Dubai, Emiratos Arabes, a fines de ese mes. Ratificó que allí se presentará a los acreedores "un menú de opciones, con diferentes tasas de interés y de extensión del período de amortización y cada uno elegirá sobre la base de su propio interés". Atento a los reclamos de los bonistas italianos, Lavagna aseguró que los acreedores "serán tratados sobre una base de igualdad y de modo equitativo". En este punto hizo una diferenciación entre las prioridades del país y las que tienen los inversores financieros: "Es importante tener claro cuál es el interés de Argentina y no lo que quiere Wall Street". En lo que pareció un guiño a su auditorio, añadió: "estamos completamente al tanto de que las necesidades de los inversores internacionales no son las mismas que las de los inversores minoristas".
Con su presentación, Lavagna pareció ganarse la aprobación del gobierno italiano. "Estoy convencido de que el ministro Lavagna mantendrá los compromisos que ha asumido", dijo el vicecanciller Mario Baccini. Y al mismo tiempo marcó cuáles son las prioridades de su gobierno en las relaciones con Argentina: "la garantía de la protección de las inversiones extranjeras y la solución del problema de los ahorristas que invirtieron en títulos argentino