EE.UU. le pide al FMI que sea flexible
Roger Noriega sostuvo que el Fondo debe ser razonable con la Argentina y destacó el apoyo político del gobierno norteamericano.
La presión del gobierno de Bush choca con la intransigencia europea
Nuevos reclamos del Fondo
WASHINGTON.- En el gesto más claro del fuerte compromiso político que asumió con la Argentina en la dura negociación con el FMI, Estados Unidos le reclamó ayer públicamente al organismo que sea flexible y razonable para que el país pueda alcanzar "un acuerdo de largo plazo que pueda ayudar a poner la casa en orden".
"Pensamos que hay voluntad política del lado argentino y, por lo tanto, debería haber cierta flexibilidad de parte del FMI para responder a este desafío", dijo ayer el secretario de Estado adjunto para América latina, Roger Noriega, en una presentación sobre la política del gobierno de George W. Bush para la región.
Ayer se habría avanzado en las tres cuestiones más complejas hasta ahora -superávit, tarifas y compensación bancaria-, pero se sumaron otros reclamos que volvieron a empantanar las negociaciones, dijo a LA NACION una fuente cercana a las discusiones.
Noriega expresó en público lo que el secretario del Tesoro, John Snow, y su segundo para Asuntos internacionales, John Taylor, insistieron en privado desde los últimos días de la semana pasada ante los máximos responsables del Fondo, cuando las discusiones se estancaron y parecieron entrar en un callejón sin salida.
"Estados Unidos cree que las condiciones para un acuerdo con el FMI son favorables y que la Argentina goza de un gran apoyo político de Estados Unidos y en general del G-8 (EE.UU., Francia, Inglaterra, Alemania, Canadá, Japón, Italia y Rusia). Por lo tanto, pensamos que este es un momento auspicioso", sostuvo Noriega al hablar ante más de 300 personas en el Centro de Estudios Estratégicos Internacionales.
Estados Unidos es el principal accionista del FMI y el país con mayor peso político en las decisiones que adopta el organismo. Sin embargo, su presión para que se acelere el acuerdo con la Argentina choca con la intransigencia de varios países de Europa que pretenden que el gobierno de Néstor Kirchner asuma nuevos compromisos antes de avalar el plan económico para los próximos tres años.
El reclamo público hacia el FMI del máximo responsable de la política norteamericana para América latina es un gesto inusual en un momento tan crítico de una negociación como la que lleva adelante la Argentina. Pero también es un reflejo de la voluntad del gobierno republicano de colaborar con Kirchner, un hecho que contrasta abiertamente con la actitud que tuvo el año pasado con la administración de Eduardo Duhalde, cuando no intervino en la negociación hasta que tuvo seguridad de que la economía se había estabilizado y que había un proceso de transición electoral encaminado.
"Hubo esperanza de que estábamos muy cerca durante el fin de semana" para que hubiera un entendimiento entre la Argentina y el FMI, señaló Noriega. "Estados Unidos piensa que el FMI tiene que ser flexible, que hay mucho en juego", expresó.
Un buen amigo
Noriega recordó su reunión con Kirchner y su paso por Buenos Aires e insistió que valora "el hecho de que la Argentina ha sido un buen amigo de Estados Unidos y que francamente necesitamos su liderazgo y compromiso en el mundo". Sostuvo que el desafío de la Argentina "es reunir la suficiente voluntad política para instrumentar las reformas que permitirán que la economía se estabilice y recupere" y reiteró su respaldo a un programa "con medidas fiscales y económicas específicas que tengan como objetivo restaurar la predictibilidad y la confianza en la Argentina".
"Es importante recordar la complejidad de los desafíos que están enfrentando" los argentinos, dijo, e insistió en que Kirchner "está tratando de