La meta federada: un millón de productores
91º congreso. El presidente de FAA reclamó mayor regulación del Estado El nuevo programa de la entidad: colonización, límites a la soja, alquileres, economía social y reforma interna
27deSeptiembrede2003a las08:11
A la meta que adoptó el sector agropecuario de alcanzar las 100 millones de toneladas de granos a fin de la década, la Federación Agraria Argentina (FAA) le sumó otro objetivo que implica un cambio radical en la política agropecuaria: llegar a un millón de productores trabajando la tierra, desde los 300 mil actuales. "Las metas de producción son alcanzables sin mayores problemas, el problema es con cuántos productores la vamos a lograr", señaló el presidente de la entidad, Eduardo Buzzi, en el marco del 91º congreso federado que se desarrolló esta semana en Rosario.
Para alcanzar esa meta, que implica remontar la caída de 100 mil productores en los últimos diez años, la Federación debate un programa con algunos ejes más o menos definidos: un plan de colonización que acompañe la devolución del poder de regulación al Estado, que entre otras cosas debería intervenir en la fijación de límites a la extranjerización y concentración de la tierra, la estabilidad de los arrendamientos, el freno al monocultivo de soja y la creación de organismos mixtos de comercialización. Con estos instrumentos, asegura Buzzi, se sentarán las bases de un nuevo plan de desarrollo enfocado en la economía del interior como motor del crecimiento.
La estrategia es, en general, fortalecer la alianza con los sectores empresarios y sindicales que convergen en organizaciones como la CTA y la flamante Coinar, "marcándole el paso" al gobierno de Néstor Kirchner, por el cual la conducción federada no oculta simpatía. Y en particular, reformar institucionalmente a la propia FAA para ponerla en el centro de un movimiento agrario más abarcativo y vinculado con las llamadas empresas de la economía social: cooperativas agropecuarias y de servicios y otras entidades vinculadas a lo que se conoce como desarrollo local.
"Del movimiento federado hacia la sociedad se trató de dar un mensaje con una serie de ejes. El primero es que el 27 de abril el 75% de la gente votó por lo que no quiere: el menemismo y el modelo neoliberal, lo que viene todavía está por verse", dijo el titular de FAA moderando el evidente feeling de la conducción federada con el gobierno, que retribuyó con la presencia en el 91º congreso con una de sus máximas espadas, el ministro de Planificación, Julio de Vido.
"De lo que va del gobierno se pueden advertir muchas cosas positivas, como la idea de reconstituir la institucionalidad; la anulación de las leyes de impunidad, ya que a diferencia de otras tribunas agrarias en las que se exige mirar hacia adelante, nosotros tenemos desaparecidos en nuestras filas y queremos Justicia; y el alineamiento con los países latinoamericano", dijo aunque aclaró: "No podemos dar cheques en blanco, nos preocupa que el acuerdo alcanzado con el FMI reste recursos al desarrollo de la Nación y la posible suba de tarifas, además queremos discutir la presión impositiva, quién paga y para qué".
Buzzi refrendó la la alianza con la CTA y Coinar como expresión de "una masa crítica de la sociedad civil organizada" que garantice que "Kirchner tome la más correcta de las dos opciones que hoy existen: recomponer con los grupos económicos concentrados y los caciques provinciales o jugar para el campo nacional y popular".
-¿Cómo se expresa esto en política agropecuaria?
-En el sector está el tema tierra, sojificación, arrendamientos, etcétera. No demonizamos a la soja, hoy es una de las pocas alternativas de los productores frente a la baja rentabilidad de otros productos, pero tiene que ser un alerta amarillo. De alguna forma, poniendo límites o promovie
Para alcanzar esa meta, que implica remontar la caída de 100 mil productores en los últimos diez años, la Federación debate un programa con algunos ejes más o menos definidos: un plan de colonización que acompañe la devolución del poder de regulación al Estado, que entre otras cosas debería intervenir en la fijación de límites a la extranjerización y concentración de la tierra, la estabilidad de los arrendamientos, el freno al monocultivo de soja y la creación de organismos mixtos de comercialización. Con estos instrumentos, asegura Buzzi, se sentarán las bases de un nuevo plan de desarrollo enfocado en la economía del interior como motor del crecimiento.
La estrategia es, en general, fortalecer la alianza con los sectores empresarios y sindicales que convergen en organizaciones como la CTA y la flamante Coinar, "marcándole el paso" al gobierno de Néstor Kirchner, por el cual la conducción federada no oculta simpatía. Y en particular, reformar institucionalmente a la propia FAA para ponerla en el centro de un movimiento agrario más abarcativo y vinculado con las llamadas empresas de la economía social: cooperativas agropecuarias y de servicios y otras entidades vinculadas a lo que se conoce como desarrollo local.
"Del movimiento federado hacia la sociedad se trató de dar un mensaje con una serie de ejes. El primero es que el 27 de abril el 75% de la gente votó por lo que no quiere: el menemismo y el modelo neoliberal, lo que viene todavía está por verse", dijo el titular de FAA moderando el evidente feeling de la conducción federada con el gobierno, que retribuyó con la presencia en el 91º congreso con una de sus máximas espadas, el ministro de Planificación, Julio de Vido.
"De lo que va del gobierno se pueden advertir muchas cosas positivas, como la idea de reconstituir la institucionalidad; la anulación de las leyes de impunidad, ya que a diferencia de otras tribunas agrarias en las que se exige mirar hacia adelante, nosotros tenemos desaparecidos en nuestras filas y queremos Justicia; y el alineamiento con los países latinoamericano", dijo aunque aclaró: "No podemos dar cheques en blanco, nos preocupa que el acuerdo alcanzado con el FMI reste recursos al desarrollo de la Nación y la posible suba de tarifas, además queremos discutir la presión impositiva, quién paga y para qué".
Buzzi refrendó la la alianza con la CTA y Coinar como expresión de "una masa crítica de la sociedad civil organizada" que garantice que "Kirchner tome la más correcta de las dos opciones que hoy existen: recomponer con los grupos económicos concentrados y los caciques provinciales o jugar para el campo nacional y popular".
-¿Cómo se expresa esto en política agropecuaria?
-En el sector está el tema tierra, sojificación, arrendamientos, etcétera. No demonizamos a la soja, hoy es una de las pocas alternativas de los productores frente a la baja rentabilidad de otros productos, pero tiene que ser un alerta amarillo. De alguna forma, poniendo límites o promovie