Reconquista fue el centro de una cumbre triguera

El objetivo fue definir el paquete tecnológico que permita cerrar la brecha entre los rendimientos alcanzados en los ensayos y los logrados por los productores en el campo.

27deSeptiembrede2003a las08:22

Los pasados 11 y 12 de setiembre, la norteña ciudad santafesina de Reconquista fue escenario de un encuentro de especialistas en trigo y técnicos zonales, convocado por la experimental del INTA en esa ciudad y apuntado, en primer lugar, a dar a conocer la importancia del cultivo para esa región, y en segundo a avanzar sobre la transferencia de tecnología a los productores para cerrar la brecha entre los rindes obtenidos en la red de ensayos y los logrados a campo.

“Por ejemplo, muchos productores siembran el trigo al voleo, utilizando un cajón sembrador sobre la rastra. La diferencia entre esto y el uso de una sembradora de grano fino son 800 o 900 kilogramos por hectárea”, comentó Leandro Ortis, fitomejorador del semillero Relmó y uno de los asistentes al cónclave. “Si a esto le sumamos el uso de fertilizantes, cultivares adecuados, agroquímicos, etcétera, podemos estar en 2.500 a 3.000 kg/ha, que es el potencial del trigo en un año normal, para esta región”, agregó durante la charla que mantuvo con Infochacra. “En lotes con riego se están sacando entre 3.500 y 3.800 kg”, agregó.

Zona en crecimiento
El área triguera en los departamentos de San Javier, Vera, Gral. Obligado y Nueve de Julio, en el norte de Santa Fe, alcanza a 40.000 hectáreas. Esa región es parte de una zona más amplia, en cuanto a su caracterización productiva, que involucra al Chaco, Santiago del Estero y Corrientes, y que en los últimos años viene aumentando su participación dentro del conjunto nacional.

“Al principio se tomaba al trigo simplemente como un generador de cobertura, pero en los últimos años los productores empezaron a ver que también podía ser un buen negocio si obtenían buenos rindes”, comentó un técnico radicado en Rosario.

En este sentido, el INTA Reconquista comenzó, hace tres años, un trabajo apuntado a la transferencia de tecnología en trigo para la región norte santafesina, a cuyo frente está la ingeniera Ana Brach. Junto con los semilleros, industriales y técnicos de la actividad privada, conformaron la llamada Mesa de Trigo, que discute sobre los principales desafíos para la expansión del cultivo en la región.

Ortis resumió cuáles son las principales limitantes, que la tecnología tiene que superar:

a) Las altas temperaturas que se registran durante la etapa de llenado de grano (llegan hasta 30ºC), que provoca el “arrebatamiento” del trigo y la caída en el parámetro “peso de los mil granos”.

b) El invierno muy seco, en especial junio.

Uno de los ejes de la discusión, en cuanto a tipo de variedad, es el uso de ciclos cortos a intermedios, que puedan aprovechar el agua acumulada durante el otoño y que al mismo tiempo tengan la espigazón en torno del 10 y el 15 de septiembre, cuando el riesgo de heladas tempranas es menor. Con estos ciclos, el cultivo se puede estar cosechando a fines de octubre o principios de noviembre, lo cual permite obtener los mejores precios del mercado, justo antes de que entre el gran volumen de la cosecha.

“En la reunión se habló de que muchos productores siembran demasiado temprano el trigo y la espigazón se produce a mediados de agosto, cuando el riesgo de heladas tempranas es todavía muy alto”, observó Ortis. “También se ha visto que este año nuevamente volvieron a sembrar variedades que el año pasado tuvieron severos problemas de sanidad”, agregó.

Además de Relmó, asistieron fitomejoradores de la Asociación de Cooperativas Argentinas, Buck y Klein. Participó también Enrique Antonelli, un experto que trabajó muchos años en el INTA Castelar, y Daniel Menelles, representante de la industria en el Comité de Cereales.