Lavagna: se necesitan 3 o 4 años para que vuelva el crédito externo
El ministro repasó su plan ante 200 empresarios de Fundación Mediterránea.Dijo que la década del 80 fue "perdida" y la de los 90 "desperdiciada". La inversión extranjera es esencial, agregó.
08deOctubrede2003a las08:10
El ministro de Economía, Roberto Lavagna, estimó que la Argentina "necesitará entre tres o cuatro años para generar las condiciones que le permitan regresar al mercado de capitales, de una manera responsable" y admitió que "la inversión extranjera directa es esencial y tiene un papel importante para el crecimiento". Además, criticó el respaldo de parte del empresariado local a las políticas de las últimas décadas sustentadas en el endeudamiento público.
"No intentamos regresar al mercado de capitales bajo cualquier circunstancia porque no vamos a hacer acuerdos sobre la base de la urgencia", afirmó Lavagna durante un almuerzo con empresarios organizado por la Fundación Mediterránea en Buenos Aires.
El ministro disertó ante unos 200 invitados, en su gran mayoría empresarios, quienes escucharon con singular atención los lineamientos del plan económico que está en marcha. Lavagna no dejó pasar la oportunidad para recordar que las políticas que motivaron una espectacular expansión de la deuda pública han contado con el apoyo de sectores empresariales, grandes y medianos, salvo honrosas excepciones.
Sin embargo, tras calificar a la década del ochenta como "perdida" y "desperdiciados" a los años noventa, resaltó que "hay empresarios jóvenes, de 35 a 40 años, que están libres de ideologías y pueden construir un país serio".
Lavagna apeló a su fina ironía a la hora de disertar frente a la cúpula de la Fundación Mediterránea, la institución que avaló todas y cada una de las políticas económicas implementadas por el ex ministro Domingo Cavallo durante la década del noventa.
El titular del Palacio de Hacienda sólo despertó el murmullo de los empresarios cuando hizo referencia a la "perdida" década del ochenta y a la "desperdiciada" década del noventa. En su disertación incluyó a muchos empresarios presentes que hasta ese momento lo escuchaban con atención, a quienes categorizó y hasta se dio el lujo de aconsejarles un camino distinto al recorrido.
"Los resultados de los últimos casi 30 años no han sido buenos. Durante 17 de los 27 años que han transcurrido desde 1975 al 2001 tuvimos modelos macro basados en el atraso cambiario, a ello deben agregarse no menos de seis años que fueron o serán todavía necesarios para atender los efectos sumados de las crisis de 1982 y 2001", relató el ministro.
Lavagna destacó que en el 85 por ciento de los últimos 30 años se siguieron políticas cuya única sustentabilidad de corto plazo se basó en la espectacular expansión de la deuda pública que hoy enfrentamos como sociedad.
"Esas políticas han contado explícita o implícitamente con el apoyo de los sectores empresariales grandes y medianos, aun cuando existen por cierto honrosas excepciones", disparó el ministro frente a sus interlocutores.
Entonces, ubicó a los empresarios en tres categorías: los empresarios rentistas, que con un peso sobrevaluado hicieron rápidas ganancias de capital; los agentes o gerentes, también favorecidos por esa sobrevaluación del peso, y en el plano ideológico a empresarios exitosos que creyeron en un modelo milagro.
"Los primeros ya no están, los segundos deberán adaptarse al nuevo contexto que por cierto es más difícil y les exigirá mayor capacidad y calidad. Los terceros son un signo de interrogación: querrán cambiar a favor de un capitalismo serio, no prebendario, competitivo; no lo sé", consignó el ministro.
El murmullo entre los comensales no se hizo esperar pero fue el propio presidente de la Fundación Mediterránea, Fulvio Pagani, quien se encargó de poner paños fríos y restarle importancia a
"No intentamos regresar al mercado de capitales bajo cualquier circunstancia porque no vamos a hacer acuerdos sobre la base de la urgencia", afirmó Lavagna durante un almuerzo con empresarios organizado por la Fundación Mediterránea en Buenos Aires.
El ministro disertó ante unos 200 invitados, en su gran mayoría empresarios, quienes escucharon con singular atención los lineamientos del plan económico que está en marcha. Lavagna no dejó pasar la oportunidad para recordar que las políticas que motivaron una espectacular expansión de la deuda pública han contado con el apoyo de sectores empresariales, grandes y medianos, salvo honrosas excepciones.
Sin embargo, tras calificar a la década del ochenta como "perdida" y "desperdiciados" a los años noventa, resaltó que "hay empresarios jóvenes, de 35 a 40 años, que están libres de ideologías y pueden construir un país serio".
Lavagna apeló a su fina ironía a la hora de disertar frente a la cúpula de la Fundación Mediterránea, la institución que avaló todas y cada una de las políticas económicas implementadas por el ex ministro Domingo Cavallo durante la década del noventa.
El titular del Palacio de Hacienda sólo despertó el murmullo de los empresarios cuando hizo referencia a la "perdida" década del ochenta y a la "desperdiciada" década del noventa. En su disertación incluyó a muchos empresarios presentes que hasta ese momento lo escuchaban con atención, a quienes categorizó y hasta se dio el lujo de aconsejarles un camino distinto al recorrido.
"Los resultados de los últimos casi 30 años no han sido buenos. Durante 17 de los 27 años que han transcurrido desde 1975 al 2001 tuvimos modelos macro basados en el atraso cambiario, a ello deben agregarse no menos de seis años que fueron o serán todavía necesarios para atender los efectos sumados de las crisis de 1982 y 2001", relató el ministro.
Lavagna destacó que en el 85 por ciento de los últimos 30 años se siguieron políticas cuya única sustentabilidad de corto plazo se basó en la espectacular expansión de la deuda pública que hoy enfrentamos como sociedad.
"Esas políticas han contado explícita o implícitamente con el apoyo de los sectores empresariales grandes y medianos, aun cuando existen por cierto honrosas excepciones", disparó el ministro frente a sus interlocutores.
Entonces, ubicó a los empresarios en tres categorías: los empresarios rentistas, que con un peso sobrevaluado hicieron rápidas ganancias de capital; los agentes o gerentes, también favorecidos por esa sobrevaluación del peso, y en el plano ideológico a empresarios exitosos que creyeron en un modelo milagro.
"Los primeros ya no están, los segundos deberán adaptarse al nuevo contexto que por cierto es más difícil y les exigirá mayor capacidad y calidad. Los terceros son un signo de interrogación: querrán cambiar a favor de un capitalismo serio, no prebendario, competitivo; no lo sé", consignó el ministro.
El murmullo entre los comensales no se hizo esperar pero fue el propio presidente de la Fundación Mediterránea, Fulvio Pagani, quien se encargó de poner paños fríos y restarle importancia a