Kirchner y Lula dieron una señal conjunta sobre la deuda

Los presidentes anunciaron que piensan subordinar los pagos al exterior a la "creación de riqueza". Y reafirmaron, además, su intención de aplicar "políticas autónomas" en materia de desarrollo económico.

17deOctubrede2003a las08:18
Los presidentes Néstor Kirchner y Lula da Silva ratificaron ayer su compromiso con la consolidación de una alianza estratégica entre la Argentina y Brasil que actúe como polo de poder regional en los foros internacionales.

En el marco de la visita de Estado de Lula a la Argentina, los presidentes refirmaron su voluntad de integración con la firma del llamado Consenso de Buenos Aires, sucedáneo regional de signo contrario del Consenso de Washington, que impuso el orden económico neoliberal en América latina en los años 90. También suscribieron una declaración conjunta paralela y una serie de instrumentos bilaterales.

Esta vocación se expresa en la decisión conjunta de subordinar las negociaciones económicas internacionales de los dos países , incluso la de sus deudas públicas, a la "creación de riqueza", el "combate a la pobreza" y la aplicación de "políticas autónomas" en materia de desarrollo.

De esto último, el Consenso... desprende el compromiso de los dos presidentes en la implementación de "políticas públicas que apuntalen el crecimiento sostenido y la distribución equitativa de sus beneficios".

La voluntad de integración también aparece en el anuncio, por primera vez formal, de un acuerdo de cooperación y concertación especial en el marco del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, un hecho sin precedentes en la relación entre los dos países.

Finalmente se la ve en los avances hacia la libre circulación de personas, un instrumento que refuerza la integración física entre los dos países y que tendrá impacto en la vida cotidiana de argentinos y brasileños.

Kirchner y Lula se reunieron en privado durante una hora en la Casa Rosada y compartieron un acto en el Salón Blanco. Kirchner hizo un discurso de fuerte contenido conceptual. El de Lula fue más emocional.

La relación entre los dos presidentes parece estar madurando en favor de objetivos comunes a la Argentina y Brasil en esta etapa de su historia.

En su último encuentro en Nueva York, a finales de setiembre, Kirchner y Lula parecieron superar sus diferencias en torno a la estrategia para el ejercicio del liderazgo regional, que por propio peso reclama Brasil. La falta de sintonía en ese punto comprometió las negociaciones en la última reunión de la OMC, en Cancún, que terminó en una nueva frustración para los países en desarrollo.

Las dificultades en la relación habían aparecido a partir de las políticas de fuerte contracción del gasto público implementadas por Lula en Brasil y se hicieron muy visibles durante la negociación de la Argentina con el Fondo Monetario, en la primera semana de setiembre. Lula se mantuvo distante de esa negociación, a la que veía destinada al fracaso.

Durante el mensaje que leyó en el Salón Blanco, Kirchner llamó a "consolidar políticamente" el Mercosur como "un bloque de poder latinoamericano".

"Nuestras generaciones futuras no se van a tener que avergonzar de nosotros debido a que por pequeñas mezquindades o disputas de corta visión histórica y liderazgo hayamos impedido la integración. En un gran nivel de madurez tenemos muy claros los objetivos", dijo el Presidente.

Lula siguió un ayuda memoria e improvisó su mensaje. Hizo una alusión a sus visitas a la Argentina, tres como presidente y dos como sindicalista.

"Hice la caminata con las Madres de Plaza de Mayo en un tiempo en que no eran bien recibidas", redordó. "Yo estaba allá afuera, mirando hacia este palacio y pensaba: ¿será que un día voy a