Señales favorables.
El duro trajín que está soportando la provincia de Córdoba por la escasez de lluvias, se manifiesta con todo rigor en los cultivares de trigo del sur de la provincia y genera incertidumbre a la hora de decidir sobre la continuidad de la siembra de maíz o el vuelco hacia la soja.
Si bien el régimen pluviométrico en la provincia de Córdoba presenta lluvias escasas durante el invierno, comenzando la primavera la oferta de agua suele ser suficiente como para acompañar satisfactoriamente la evolución del trigo y proveer la humedad de suelo necesaria para la gruesa. Los habituales sistemas precipitantes que se “activan” a mediados de septiembre se han visto significativamente retrasados. Solo a modo de ejemplo, en la localidad de Río IV se registraron 3 mm desde el 1/9 hasta el 23/10, constituyéndose este valor en el más bajo de los últimos 40 años para este período. La estadística muestra en el año 1962 un valor de 12.5 mm, como un antecedente similar.
Las inesperadas reservas de humedad obtenidas con las precipitaciones de finales de Julio y principios de Agosto, se fueron agotando hasta alcanzar el actual estado crítico que proyecta su influencia hacia el sur de Santa Fe y las vecindades de Buenos Aires y La Pampa. No queremos abundar en comentarios acerca de los sinsabores que esta seca está trayendo sobre estos vastos sectores productivos, sino más bien analizar las posibilidades del rompimiento de este comportamiento.