Signos de indisciplina en las finanzas públicas
El gasto público absorbió en marzo toda la suba de ingresos.
El mes último las erogaciones primarias crecieron más que lo que mostraron los recursos respecto de un año atrás. Utilidades del Banco Central salvaron la caja. No todo lo que brilla es oro.
No todo lo que brilla es oro dice un dicho popular, así como tampoco el notable superávit primario que logró el sector público no financiero en marzo, que virtualmente triplicó al obtenido un año antes, significa que el Gobierno nacional sigue a rajatabla una rigurosa disciplina fiscal.
Un análisis minucioso de la evolución de las cuentas de las finanzas públicas el mes pasado respecto de un año atrás pone al descubierto que la suma de las erogaciones corrientes y de capital excluido el pago de intereses de la deuda superó en $5,6 M al monto en que crecieron los recursos antes del cómputo de $1.000 M de anticipos del Banco Central a la Tesorería de la Nación, a cuenta de las utilidades previstas para este año (por eso el número “redondo”).