El Estado ya está habilitado y puede bajar los impuestos
Economía insiste con un plazo de treinta días para definir la reducción del IVA. El abultado superávit fiscal indica que no hay motivo para demorar el cambio. La caja de la Tesorería acumulaba un sobrante de $17.151 M.
Pero, a cambio, no se advierte una política agresiva de liberación de parte de los fondos que hoy absorbe el Estado en exceso para alentar el consumo, ni tampoco acciones que generen mayores expectativas de crecimiento de la economía en su conjunto.
Los propios números oficiales muestran claramente que a esta altura del año ya no hay razones para demorar una reducción de las alícuotas del IVA, en todas las escalas, habida cuenta de que la caja de la Tesorería continúa engordando a un ritmo que supera todas las predicciones.
A menos de cuatro meses de terminar el año, las cuentas de la administración pública nacional muestran una diferencia entre ingresos percibidos por impuestos y gastos efectivamente pagados de $17.151 M, según los datos de la Secretaría de Hacienda de ejecución presupuestaria hasta el 12 de septiembre.
Los recursos sumaban a esa fecha $49.439 M y las erogaciones efectivas antes del pago de intereses de la deuda, que absorbieron $3.828 M, se ubicaron en $32.288 M.
Semejante monto no sólo desborda con creces la meta comprometida por el Gobierno con el FMI para todo el año, que es de “apenas” $10.800 M, sino incluso las proyecciones más pesimistas de los economistas y analistas de bancos de inversión.