Materia orgánica, un tesoro bajo tierra.
Cuidar y enriquecer los suelos es imperioso y estratégico...
Cuidar y enriquecer los suelos es imperioso y estratégico. El tema dominó las conferencias del tradicional encuentro de la entidad realizado en Rosario. “La siembra directa no es siembra directa sin carbono”, se destacó.
Piense en carbono, piense en dólares”. La frase, como una gigantografía, se desplegó en las pantallas, mientras el investigador del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, según su sigla en inglés), Donald Reicosky, la repetía como un eco que retumbaba “en estéreo” a través de su traductora.
La imperiosa y estratégica necesidad de cuidar y enriquecer los suelos con materia orgánica, sumada a la incipiente posibilidad de transformar esa práctica en créditos de carbono, fue uno de los temas que dominó las conferencias y las charlas de pasillo del 13er. Congreso Nacional de Aapresid, que se desarrolló en la Bolsa de Comercio de Rosario.
Está claro que el más importante capital que tienen los agricultores es la tierra, y que de su “salud” depende el resto de la cadena, tanto productiva como generacional. Pero no sólo el clima y el tipo de suelo condicionan la presencia de materia orgánica: también el manejo es clave.