La recaudación tributaria está en su nivel más alto.
Es el 22% del PBI frente al 16% de 1995, por mayor actividad e impuestos difíciles de evadir...
La presión tributaria se encuentra en el punto más alto de los últimos años, por la combinación del fuerte crecimiento económico, la recaudación de impuestos considerados distorsivos que son difíciles de evadir y un crecimiento en la percepción de riesgo para evadir por la gestión de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
Un informe reservado de la AFIP demuestra que la relación entre la recaudación tributaria y el PBI (forma de medir la presión impositiva) se encuentra en el 22%, frente al 16% registrado una década atrás. En el impuesto a las ganancias, la presión se duplicó en ese período, del 2,42 al 4,98%, pero creció muy poco en el impuesto al valor agregado (IVA): del 7,22 al 7,43% del PBI.
El caso de Ganancias es el más emblemático en el aumento de la recaudación: en el año 2000 aportaba un 3,7% del PBI; en 2001, el 3,8%; bajó al 2,9% en 2002; se recuperó en 2003 (3,9%), y llegó a casi 5% en el ejercicio fiscal de 2004. Hace 70 años, el impuesto a los réditos (que precedió a Ganancias) recaudaba un 0,94% del PBI.
La misma tendencia se refleja al desagregar las cifras: en el caso de ganancias de personas físicas, en 2002 hubo 800.596 presentaciones, con un impuesto determinado en $ 2608 millones, mientras que dos años más tarde los números se elevaban a 847.384 declaraciones juradas y 4107 millones recaudados, respectivamente. En el caso de las ganancias de sociedades, las presentaciones pasaron de 50.679 en 2002 a 62.369 en 2004, mientras que en bienes personales fueron de 434.444 a 550.598 en el mismo período.