Un fenómeno de múltiples causas
Para los analistas, pesan el aumento de la circulación monetaria y la mayor demanda
Para otros, se encuentra en la sostenida tracción que exhibe la demanda de bienes y servicios (aunque son los propios registros oficiales los que no permiten hablar de un boom en el consumo de productos básicos de la canasta familiar), en un contexto de ingresos que se fueron recomponiendo por los aumentos salariales y créditos más accesibles.
Pero en un punto todos coinciden. En un contexto de rebrote inflacionario (con tasas anualizadas que se duplicaron en un año, a contrapelo del resto de la región) la política monetaria poco o nada hizo para torcer su rumbo.
Los datos que sostienen esta afirmación pueden rastrearse en las propias planillas oficiales, aunque están menos difundidos que la evolución de la base monetaria (el indicador al que prefiere ceñirse el Banco Central y que sólo creció 1% en términos reales en los últimos 12 meses). Son los que muestran que la circulación monetaria, que se expandía a un ritmo del 14,6% hace exactamente un año, lo hacía al 26% a fines de 2004, al 28% en junio pasado y al 33% en septiembre, que acaba de cerrar con una variación del 1,2% en el índice de precios al consumidor (IPC). Medida de punta a punta, la circulación creció 2,26 veces.