El sector productivo no es el culpable de mayor inflación
El aumento del precio de la carne o del ganado, como el inexorable incremento de los precios de la mayoría de los bienes, exportables o no, se debe a la devaluación de enero de 2002.
Los promotores de la devaluación y pesificación asimétrica, siguiendo al pie la letra de la «argentinidad al palo» de los Bersuit, lograron mantener los salarios por el piso. Sólo unos justos pero insuficientes aumentos por decreto sirvieron para desencadenar el proceso inflacionario.
El precio de la carne o del ganado en pie y su influencia en el índice de inflación acaparó la atención de todos los medios de comunicación. Lo sorprendente ha sido cómo se trató el tema en un programa de televisión la semana pasada: Luciano Miguens, presidente de la Sociedad Rural Argentina, tuvo argumentos válidos y afirmaciones correctas, aunque nadie tiene una línea directa con la verdad.