Superávit, dólar alto y la marcha de los precios, en la economía que sigue
Con el pago, Kirchner busca alejar exigencias del FMI, como el ajuste de tarifas.
Cuál es el beneficio de pagar de una vez y por adelantado al Fondo 9.810 millones de dólares pudiendo haberlo hecho en cuotas y con bajo costo?
La respuesta hay que buscarla más en la política que en la economía. Evidentemente el presidente Kirchner busca ganar poder de decisión y alejar las exigencias y monitoreos del Fondo Monetario a la hora de definir su gestión.
Ratificó que seguirá una política de superávit fiscal alto (en eso no había discrepancias con el FMI) que sería esencial para que el plan económico no pierda confiabilidad.
Si bien había acuerdo sobre la necesidad del superávit, la discrepancia era profunda sobre cómo lograrlo.
El Gobierno insiste en mantener alto el precio del dólar porque eso le favorece aumentar la recaudación impositiva por las retenciones a las exportaciones.
Por esa vía, por ejemplo, este año obtendrá el equivalente al 70% del superávit fiscal.
Ese sería un motivo económico que podría explicar la jugada de pagar y ganar autonomía.
Kirchner está convencido de las bondades del dólar alto, porque además de recaudar, le permite poner un dique a las importaciones y deja margen de mercado a los productores nacionales.
Al Fondo le gusta más el dólar bajo porque ayuda a contener la marcha de la inflación.