Sojeros argentinos buscan nuevos horizontes en Bolivia
El auge del cultivo de soja no tiene freno. Los beneficios reportados llevaron a los productores argentinos a buscar nuevas tierras aptas. Ya son miles los sojeros que se instalaron en Santa Cruz de la Sierra.
Adrián Barbero es uno de ellos. De origen cordobés, Barbero viajaba a visitar a una novia venezolana y, gracias a una parada de cinco horas, terminó seducido por el movimiento
económico y las potencialidades de la región.
“Llegué en invierno y me encontré con grandes sembrados de soja. Me pareció increíble. Claro, acá no hay heladas, no se conoce el granizo y en algunos campos se hacen tres cosechas por año, dos de soja. Vi lo que era esto y me vine”, relató al matutino.
Barbero, uno de los pioneros, lleva cinco años haciendo negocios en Santa Cruz y hace dos se instaló definitivamente. Con su actividad en la compraventa de campos incidió en la llegada de unos 40 inversores argentinos y españoles a esta ciudad, en el departamento más fértil de todo el territorio boliviano, favorecido por las llanuras y un clima próspero para la actividad agrícola.
Al igual que Barbero, otros argentinos arriban atraídos por la productividad y el bajo precio de las tierras, la baja carga impositiva –que incluye la inexistencia de retenciones al agro– y el buen clima de negocios que se respira en Santa Cruz, que además importa el diesel para su maquinaria agrícola de Argentina.
Aventuras en el oriente boliviano