Semana de retrocesos para los acuerdos entre los andinos con EE.UU.
El Gobierno estadounidense cedió a la presión de los demócratas y admitió la necesidad de efectuar ajustes sustanciales en el capítulo laboral de los Tratados de Libre Comercio (TLC) alcanzados con Perú, Colombia y Panamá.
“Hemos informado a Colombia, Perú y Panamá de que debemos prever la necesidad de efectuar algunos ajustes sustanciales en dichos textos antes de que los acuerdos sean considerados por el Congreso”, reconoció esta semana John Veroneau, adjunto de la representante estadounidense para el Comercio, Susan Schwab.
“Hemos afirmado públicamente y en privado que estamos abiertos al diálogo con el Congreso sobre el capítulo laboral de los acuerdos y está claro que se efectuarán algunos ajustes en esa área antes de que el Congreso trate” los acuerdos alcanzados el pasado año con los tres países latinoamericanos, dijo.
Con estas declaraciones, el gobierno estadounidense trató de acercar posiciones con los demócratas que ya adelantaron que exigirían mayores garantías laborales y medioambientales para aprobar dichos acuerdos.
Veroneau, que se cuidó de utilizar la palabra “renegociación”, rechazada ampliamente por las autoridades colombianas y peruanas, pronosticó que los “ajustes” podrían ser introducidos en los acuerdos antes del 31 de marzo y sometidos al Congreso antes de que expire el 1 de julio la “vía rápida” (o fast-track= que permite a Bush negociar este tipo de tratados y someterlos a la votación de la Cámara, que no puede introducir enmiendas.