Una mezcla de amenazas y de diálogo para sostener la presión
El agro buscará consenso, pero en estado de alerta y con "visitas" al Congreso.
Eduardo Buzzi repitió tres veces frente a los periodistas que la reunión con el secretario de Agricultura, Carlos Cheppi, había sido "oportuna". Pero enseguida levantó la voz para certificar una salvedad: "Encontramos un lugar donde discutir; pero no hay que adelantarse: la carga, como decimos en el campo, se acomoda andando".
El líder de la Federación Agraria Argentina (FAA) resumió en una frase lo que será el eje de la nueva estrategia de las entidades rurales en su pelea con el Gobierno. Un curioso juego de influencias en conjunto, destinado a sostener la presión política. Una combinación de espera cautelosa y amenaza tácita.
Ocurrió anoche mismo. Al salir de la reunión con Cheppi, los ruralistas elogiaron a su equipo y prometieron esperar los cambios de fondo. Pero, en paralelo, ratificaron que visitarán diputados y senadores para que respalden proyectos a favor del sector y que mantendrán, sin titubeos, la amenaza siempre latente de volver a las rutas si no hay "soluciones rápidas", coincidieron.
"Los tiempos son cortos. No podemos esperar mucho para solucionar todo lo que está pendiente", repetía el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Mario Llambías, cuando anoche le preguntaban por qué el campo seguía "movilizado".