Dólar: se recalienta la demanda y Redrado vende casi u$s 200 millones para calmarla
Hace tiempo que el BCRA no usaba reservas. Pero la divisa llegó a escalar casi 3 centavos y debió realizar una de sus mayores intervenciones del año, solo comparable con las de la crisis del campo. Hubo más compras minoristas.
El dólar volvió a las andadas. Si bien la divisa norteamericana venía prácticamente día por medio escalando posiciones frente al peso –desde comienzos de septiembre avanzó seis centavos– ayer amenazó con escapársele de las manos al Banco Central (BCRA), que se vio obligado a realizar una de sus intervenciones más fuertes del año para mantenerlo a raya. Durante la rueda, el dólar llegó a operarse a $ 3,105 en el circuito mayorista, y sólo comenzó a descender una vez que la entidad que preside Martín Redrado decidió intervenir, vendiendo un total de entre u$s 150 millones y u$s 200 millones. La divisa cerró así a $ 3,08, casi un centavo más arriba que el miércoles, mientras que las pizarras de las casas de cambio se corrigieron al alza, a $ 3,07 para la compra y $ 3,10 para la venta.
En la city, el repentino repunte del dólar se vivió con gran nerviosismo. Y es que, coinciden los operadores, existen motivos de sobra en la economía para justificar una mayor devaluación del peso, por lo que inmediatamente, ante la duda, la reacción del mercado fue salir a cubrirse. Por un lado, la aceleración de la inflación erosionó la competitividad del tipo de cambio real y la presión del sector industrial por una suba del billete verde es cada vez mayor. Un dólar más alto ayudaría a su vez al Gobierno en el plano fiscal, mientras que para el Banco Central traería beneficios por el lado del balance, ya que el activo de la entidad está compuesto en gran medida por reservas en dólares. Por otro lado, la reacción de los inversores gravita sobre un contexto internacional en el que todas las monedas de la región están perdiendo valor frente al dólar. Con la caída de los precios de los commodities y la mayor aversión al riesgo generada por los temores de recesión en la economía de EE.UU. y por la crisis financiera mundial, los flujos de fondos están saliendo de los países emergentes y refugiándose en bonos del Tesoro de los EE.UU..