Tras seis años, se abaratan los alquileres de los campos
La caída llega hasta 20% y se nota más en contratos hechos durante la pelea con el Gobierno.
Si uno de los objetivos de las extintas retenciones móviles era que se pagara menos por los alquileres agrícolas, el Gobierno parecería haber conseguido indirectamente esa meta. Por primera vez en seis años, los alquileres de las explotaciones agrícolas de la pampa húmeda, donde se concentra casi el 80% de la producción, muestran caídas de un 10 a un 20% en quintales de soja por hectárea, según fuentes consultadas por LA NACION.
Si bien habitualmente el grueso de los arrendamientos se empieza a negociar casi sobre el fin de la cosecha con vistas a la próxima, este año el conflicto con el Gobierno demoró el cierre de las operaciones en más de dos meses y las bajas detectadas corresponden a los contratos realizados en medio de la pelea y tras la derogación de la medida que impulsó el ministro de Economía Martín Lousteau. Sólo los arrendamientos de las tierras muy buenas, firmados en muchos casos antes del conflicto, han logrado mantener sus valores. Otra aclaración: en esos casos, incluso en dólares por hectárea -no ya en quintales-, puede haber alzas porque la soja vale más que el último año. Alrededor del 60% de la agricultura se hace sobre tierras de terceros.