El Congreso no quiere dar un cheque en blanco y el mercado se impacienta
Paulson y Bernanke pidieron ayer al Congreso que apruebe “urgentemente“ el plan de salvataje financiero. Aun así, hubo objeciones al proyecto, tanto de republicanos como de demócratas. Muy volátil, el Dow Jones cayó 1,5%.
El jueves pasado, cuando anunció el plan de salvataje financiero más grande de la historia, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, esperaba que la medida se aprobara al día siguiente. La situación era desesperada: había quebrado Lehman Brothers y los más legendarios bancos de inversión estaban en terapia intensiva. Varios días después, sin embargo, el ambicioso plan de rescate sigue sin obtener el visto bueno del Congreso. La situación ya genera dudas entre los inversores de Wall Street, que temen que el Senado congele el plan de Bush. En este contexto, los principales índices accionarios caen con fuerza. En los últimos dos días esos activos han acumulado bajas que rondan el 6% –la caída más fuerte de los últimos seis años–.
Ayer, el Dow Jones perdió 1,47%, el Nasdaq retrocedió 1,18% y el S&P 500 cedió 1,56%. La volatilidad volvió a ser la característica sobresaliente de la rueda: el índice S&P 500 pasó de terreno negativo a positivo –y viceversa– al menos 25 veces, mientras el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson, y el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, defendían el plan de salvataje ante el Senado. Mientras tanto, el dólar y los bonos del Tesoro –que habían sido muy castigados el día previo–, repuntaron. La tasa del bono a 10 años cayó de 3,81% a 3,80%, y el dólar se apreció levemente frente al euro y ganó terreno frente a los commodities (ver pág. 2).