Qué pasa en la city porteña: las mil caras de la fiebre del dólar
Vuelven los coleros. Hay casas de cambio que venden más barato pero con cupos o que exigen pedir turno previo para comprar dólares. Los bancos cobran más en filiales.
Que los argentinos pensamos en dólares es, a esta altura, una máxima irrefutable. Más, en momentos de turbulencia como el actual, en los que el tipo de cambio sube unos centavos y enseguida atrae a los ahorristas, con el mismo magnetismo con el cual en la literatura las sirenas embriagaban a los navegantes con sus cantos. No más basta con ver lo que está sucediendo en estos días en la city porteña. En el último mes y medio, el peso se devaluó un 11% a $ 3,39 para la venta –nada comparable lo que perdieron monedas de la región, como el real que ya se depreció más de un 30% frente al dólar–, y ya en los bancos y casas de cambio la dinámica se modifica por completo. Volvieron los coleros a circular por las abarrotadas calles del microcentro y la operatoria de compraventa de divisas se llena de particularidades. A saber:
- Las casas de cambio ofrecen dólares más baratos, pero con cupos. En el microcentro se pueden encontrar pizarras bastante más atractivas que las que muestran algunos de los grandes bancos o incluso de las casas de cambio más tradicionales. Sin embargo, no pocos se sorprenden, después de alguna que otra hora de cola, con que en el mostrador no venden más de u$s 1.000 por cabeza, y en algunos casos, hasta no más de u$s 500. “Esto es porque a veces del Banco Central llaman y sugieren que las pizarras no se suban demasiado. Y nadie quiere regalar sus dólares”, deslizaba un cambista entrado en años. “Aunque también hay otras que lo hacen por su propia lógica de negocios”, agregaba.