Los dilemas que afligen a productores y mercados - Por Flavia Rossi (*)
El productor necesita vender sus granos para poder invertir. Si no reclama, no podrá mejorar el clima para hacer negocios. Pero si protesta, pierde la oportunidad de concretarlos. Mientras tanto, sólo la soja parece dispuesta a mantener el precio.
El campo volvió al paro, empujado por un contexto hostil para los negocios. A diferencia de lo que sucedía en marzo del año pasado, esta vez la comercialización ya había parado. El mercado de maíz cámara está prácticamente congelado desde mediados de junio.
La demorada implementación del acuerdo para extender los permisos de exportación hizo retirar a este sector del área de negociaciones. Al no poder cerrar ventas afuera, las empresas no se esforzaron por comprar internamente, dejando sin referencias de precios no sólo al que quería vender su disponible, sino también al que estaba pensando en implantar el maíz nuevo. Sin poder cubrir los costos y sabiendo que es muy probable que la venta a puertos se vuelva a complicar en el 2010, el productor está pensando en hacer un importante recorte en el área a sembrar este año.
Al no saber cuál será la producción, no se puede estimar el saldo exportable; se demora la asignación de ROE (permisos de exportación) y se sigue retroalimentando así el círculo vicioso. El productor quiere producir pero no sabe a qué precio va a poder vender. El exportador quiere hacerlo pero no se sabe cuánto se va a producir.