Ni una semilla de más
Desalentados por los menores márgenes, los productores reducirán el área sembrada con un paquete tecnológico ajustado al límite.
Con las labores demoradas por la falta de humedad en la mayor parte de las regiones maiceras, la receta de los productores es sembrar "poco, pero bien", ajustando al máximo los números e intentando sacar el mayor rédito posible a la inversión en tecnología.
Pese a que el área por sembrar será menor (la Bolsa de Cereales de Buenos Aires estima una intención de 1.875.000 hectáreas, menor en 585.000 hectáreas respecto de la campaña anterior) por el desincentivo que provocan las intervenciones en los mercados, los menores márgenes de rentabilidad y la caída del precio internacional, los productores igual salen a escena con un paquete tecnológico ajustado al límite: no faltarán semillas de gran potencial ni la dosis justa de fertilizante.
Un factor para tener en cuenta es el tiempo. La mayoría de los productores de la zona núcleo (norte de Buenos Aires y sur de Santa Fe), la más importante, posiblemente difieran la siembra para diciembre hasta que el suelo tenga la humedad adecuada.
"Si bien estamos muy al principio de la campaña, arrancamos mal porque venimos de dos inviernos muy secos y fríos, y éste es un cultivo muy sensible a la temperatura. A nivel país, el área sembrada hasta el momento es mínima. Hay implantadas unas 50.000 hectáreas. Sólo en Entre Ríos, donde empezó la campaña, hay buena humedad, pero la intención de siembra es baja por la descapitalización de los productores", dijo Martín Fraguío, director ejecutivo de la Asociación Maíz y Sorgo Argentinos (Maizar).