Recomiendan cuidar la sanidad del trigo
Con las lluvias en algunas regiones, comenzaron a irrumpir enfermedades foliares; destacan la importancia del monitoreo y el impacto del uso de fungicidas
En un año para el olvido para el trigo, por la doble combinación de la menor siembra en más de un siglo y la peor cosecha en 32 años, las lluvias que en el último mes y medio recibió el cultivo trajeron un alivio. Sirvieron para evitar una caída en la producción, proyectada por ahora por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires en 7,5 millones de toneladas.
Pero de igual modo en que las precipitaciones contribuyeron al desarrollo del cereal, también favorecieron el avance de enfermedades foliares. "Ahora hay preocupación y dedicación para cuidar y proteger el trigo", señaló Marcelo Carmona, fitopatólogo de la Facultad de Agronomía de la UBA.
En concreto, según Carmona, las lluvias permitieron el crecimiento de la mancha amarilla en gran parte de la región cerealera. Las precipitaciones son importantes para esta enfermedad.
En el caso de la roya anaranjada, hubo un retraso por las bajas temperaturas. "Sin embargo, ya existen focos de roya anaranjada desde el norte hacia el sur de la región pampeana", afirmó el experto. "En zonas como Castelli, Maipú, Pergamino y en el sur de Santa Fe ya se observan mancha amarilla y los comienzos de roya anaranjada", agregó.