Los alquileres de campos en Uruguay ya se acercan a los valores argentinos
La invasión de productores locales al país oriental disparó los precios de los arrendamientos.
Desde que, en 2003, una oleada de productores argentinos comenzó a sembrar soja en Uruguay, un sinnúmero de variables empezaron a verse alteradas en el país oriental. Rápidamente, los argentinos, que representaban una porción insignificante en la siembra de ese cultivo, pasaron a hacer más del 60% de la siembra de soja (sobre unas 700.000 hectáreas). Pero, además, el valor de los campos subió por el ascensor: por la presión de estos productores, campos de zonas buenas como Soriano y Río Negro pasaron de valer 3000 dólares la hectárea a costar entre y 5000 y 9000 dólares.
Por si fuera poco, en los últimos años ocurrió otro fenómeno: empezó a acortarse la brecha de los precios de los alquileres agrícolas entre Uruguay y la Argentina. Valores de arrendamiento que antes eran un 50% más baratos en Uruguay hoy están entre un 20 y un 25% más abajo.
Incluso, si se comparan algunas regiones argentinas con otras uruguayas, en determinadas regiones de Uruguay ya hay zonas productivas más caras que en la Argentina, siempre si se considera el pago en dólares por hectárea. Esto, pese a que en determinadas zonas el potencial de la soja es menor en la tierra de José Pepe Mujica que en la Argentina. De todos modos, el socio del Mercosur tiene el atractivo de no tener retenciones, lo que en soja significa un 35% más de precio para los productores.