¿Y si la Bolsa de Comercio termina como el mercado de papas?
Ese mercado papero llegó a concentrar el 70% de las ventas, pero en los 90, con la llegada de los hipers, los productores lo esquivaron y vendieron directo. Al final, quedaron atados al comprador y se les cayó el precio.
Cuenta la historia que en la Argentina el comercio de papas se centralizaba en mercados concentradores siendo el más importante el de Buenos Aires, que en la década del 70 llegó a reunir el 60% del total de las operaciones.
Pero todo empezó a cambiar en los 90. Eran tiempos de irrupción de los primeros grandes hipermercados, que en pos de armar su propia red de distribución para asegurarse volumen y resolver la logística empezaron a comprar de manera directa a los productores con esquemas contractuales novedosos y precios interesantes.
Fue así que en pocos años, el mercado se fue vaciando y terminó la década pasada concentrando el 5% de las operaciones. Pero todo tuvo un costo: hacia final de esa década los diferenciales de precio a favor del productor desaparecieron. Todo lo contrario, las cadenas, que cada vez se hicieron más grandes, tiraron hacia abajo los precios para ganar competitividad, el productor no tenía referencia si estaba vendiendo a buen o mal precio y hasta se multiplicaron casos de compradores rechazando los envíos por razones de calidad.