El consumidor dijo basta - Ignacio Iriarte (*)
La demanda interna, que ya no convalida los precios al mostrador, sustituye la carne vacuna por el pollo o reduce la frecuencia del consumo.
Con respecto a noviembre de 2009, cuando empezó la espectacular suba de precios del ganado, los valores de la hacienda liviana de consumo y de feedlot llegaron a aumentar hasta picos de entre 125 y 140 por ciento. Los puntos máximos los tocaron en octubre pasado.
Después de la importante baja de los últimos días del año, los precios del novillo todavía se ubican 100 por ciento por encima de noviembre del año pasado, mientras que la hacienda liviana cotiza entre 100 y 110 por ciento más arriba que hace 13 meses.
¿Por qué, para fin de año, el mercado, lejos de subir, muestra esta debilidad y esta baja inesperada en los valores? Primero y fundamental, porque la demanda del consumo interno, que hoy tiene un papel excluyente en la formación de los precios, dijo basta, “hasta acá llegué”.
Ya no es un problema de oferta: en octubre y noviembre, la faena se ha ubicado 35 por ciento por debajo del año pasado para la misma época. Por el lado de la oferta, más no se puede esperar. La suba de precios al mostrador, que en realidad muestra hasta dónde puede llegar el interés de la población por seguir consumiendo carne vacuna, habría sido del 100 por ciento en el último año según algunas encuestas privadas. Pero otras recientemente conocidas indican el incremento habría trepado al 120 por ciento desde noviembre de 2009.