La carne seguirá estando dura
Más allá de la continuidad de la actual política de carnes, los frigoríficos no avizoran cambios hasta dentro de dos años, cuando mejorará la oferta.
Si bien ellos y los consumidores no dudan de la terneza y la calidad de los cortes que ofrecen, los frigoríficos tienen la sensación de que su actividad no será fácil en los próximos años. Va a ser como si la carne que intentarán comercializar fuera dura y no apta para su consumo. Con la diferencia de que la dureza no estará dada por las condiciones intrínsecas del producto, sino por las dificultades domésticas que, según los industriales, se mantendrían sin cambios en un posible próximo gobierno de Cristina Fernández; al menos durante los primeros dos años.
Más allá de la continuidad de la actual política de carnes, de exportaciones reguladas a cambio de una contribución obligatoria de cortes baratos al consumo interno, los empresarios frigoríficos no avizoran cambios profundos en los próximos dos años. Ese es el tiempo que le llevará al ciclo ganadero recomponer la oferta de carne, que hoy se encuentra por debajo del nivel de hace 16 años.
La recomposición del stock ganadero ya muestra señales concretas. La retención de vientres cumplió en junio 14 meses ininterrumpidos, según datos de la industria. La participación de las hembras en la faena durante el primer semestre promedió 38,8 por ciento, el protagonismo más bajo de los últimos 22 años.