Un playboy al que le gustaba la "picanha" - Por Ignacio Iriarte (*)
Hacia 1960, un mundano empresario brasileño, "Baby" Pignatari, "descubrió" la tapa de cuadril en un restaurante de su país. Para la década de 1990, la llamada "picanha" se había popularizado y hoy es el corte más buscado en parrillas y asados familiares.
Cualquiera que haya viajado a Brasil sabrá que nuestros vecinos son grandes consumidores de carne vacuna (38 kilos per cápita) y que, dentro de esa preferencia, la picanha o tapa de cuadril ocupa el lugar de corte estrella, una especie de ícono nacional.
Pero no siempre fue así: hasta hace unos 30 años, este corte era casi desconocido, y el mercado de la carne –y el de las parrillas y restaurantes– era mucho más chico que el actual.
Cuentan todos los historiadores que hacia 1960, en San Pablo, el playboy y millonario brasileño “Baby” Pignatari, heredero de la enorme fortuna Matarazzo, previo a sus viajes internacionales, solía comer en una parrilla llamada Bambú –que todavía existe–, ubicada cerca del aeropuerto de Congonhas.
Allí, una vez, como hacía siempre, pidió un bife de cuadril argentino, pero le sirvieron otro corte que le gustó especialmente, y que lo llevó a preguntarle al parrillero –que era argentino– qué era ese corte que le habían servido.
Tal vez un tucumano. El parrillero (probablemente tucumano), le confesó que a falta de corazón de cuadril, le había servido un corte llamado picanha , llamado así en el norte argentino porque es el lugar del cuarto trasero donde se castigaba al buey con la picana, que es un palo largo con un clavo en la punta.