Un kilo de lomo es más barato que cuatro hamburguesas

Insólita distorsión de precios a causa de la inflación.

Un kilo de lomo es más barato que cuatro hamburguesas
05deAgostode2013a las07:23

En la economía argentina de precios cada vez más distorsionados, el lomo es más barato que las hamburguesas congeladas, estacionar en una playa privada cuesta diez veces más que en los parquímetros públicos y se paga casi lo mismo por la factura de gas de todo un año que por un suéter.

Detrás de este profundo proceso de distorsión no hay una sola causa: influyen diferentes factores, como la política oficial de subsidios, las trabas a la importación, el costo de la mano de obra y el peso de la intermediación en la cadena comercial. Sin embargo, en todos los casos, en el fondo también subyace el problema de la inflación, que, coinciden los economistas, tiene un efecto distorsionador en toda la economía.

El kilo de lomo, que en una carnicería de un barrio de clase media cuesta entre 60 y 70 pesos, termina siendo más barato que las hamburguesas congeladas, que se venden en cajas de cuatro unidades y pesan poco más de 300 gramos: cotizan a 27 pesos o más, lo que da un valor promedio del kilo por arriba de los 80 pesos.

El problema se repite cuando se comparan los precios de otros alimentos industrializados. El kilo de helado artesanal de las marcas más exclusivas de Buenos Aires se paga entre 90 y 100 pesos, es decir, al menos 30% más barato que productos industriales de una calidad que no es la misma, como el postre Chomp, cuyo envase de 180 gramos cuesta en un supermercado 28 pesos, lo que implica más de 150 pesos por kilo.

Por su parte, la caja de medallones de pollo Listtos, de Granja del Sol, de 360 gramos, se ofrece arriba de 40 pesos, con lo cual el kilo cotiza prácticamente lo mismo que el salmón rosado entero del Pacífico que se importa desde Chile.

Las distorsiones de la economía argentina también provocan otras paradojas, como que a nivel local el kilo de pan sea más caro que en otros países que no son grandes productores de trigo. En Buenos Aires, y por más esfuerzos que haga el secretario Guillermo Moreno, el kilo de pan no baja de los 16 o 17 pesos, lo que al tipo de cambio oficial implica aproximadamente tres dólares, mientras que en Santiago de Chile -que importa más de la mitad del trigo que consume- el mismo producto se cotiza a 1000 pesos chilenos, es decir, un par de dólares.