El sector lechero pierde oportunidades
El corto plazo, muy complicado para los productores después de la devaluación con suba de los costos y precios planchados para el litro de leche.
"No dejes que el árbol te impida ver el bosque", es un consejo que en el caso de la lechería parece casi imposible de aplicar.
El corto plazo, muy complicado para los productores después de la devaluación con suba de los costos y precios planchados para el litro de leche, parece dominarlo todo. Hace pocos días, los tamberos realizaron una asamblea en Trenque Lauquen en la que declararon que la situación es insostenible "por el fuerte desgaste financiero, económico y hasta personal".
Sin embargo, y aunque en las actuales condiciones parezca un acto temerario, conviene sacar la cabeza de la trinchera para mirar el largo plazo. Después de todo el negocio lechero así lo exige por la necesidad de proyectar inversiones en el tiempo, el desarrollo tecnológico y el diseño de políticas.
Esta semana se realizó el primer Outlook lechero promovido por la Fundación para la Promoción y el Desarrollo de la Cadena Láctea Argentina (Fundación PEL) con el objetivo de pensar la lechería nacional en términos estratégicos, con elementos que puedan orientar la toma de decisiones a nivel empresarial y político.
Con un equipo de analistas de mercado de primer nivel y los resultados de un modelo de simulación del comercio mundial se intentó dar una respuesta al interrogante sobre el escenario que transitará la lechería en los próximos diez años.
El norteamericano Tim Hunt, reconocido analista de los mercados lácteos del Rabobank, dio a conocer un fenómeno que no distingue a los países: en el mundo producir leche sale cada vez más caro. Con respecto a los países deficitarios de leche, Hunt afirmó que enfrentan fuertes limitaciones para lograr el autoabastecimiento a pesar de que se han lanzado con entusiasmo a mejorar su producción de leche. En general no pueden superar la falta de una cultura lechera, disminuir los altos costos de alimentación y cambiar la percepción negativa de sus propios consumidores por la falta de garantías en la calidad de la materia prima producida.
Pero, el especialista norteamericano también advirtió que en los tradicionales países exportadores tampoco hay síntomas de alcanzar altas tasas de crecimiento en sus producciones lecheras. Como ejemplo de esto, mencionó lo que esta ocurriendo en Nueva Zelanda, el líder mundial lácteo, donde se terminó el período de oro del crecimiento de los volúmenes de leche por la falta de tierras, el alto costo de los granos disponibles y un clima que ya no le juega tan a favor.
"En los próximos meses, la producción mundial crecerá gracias a los excelentes precios pero hasta cierto punto. Los costos de producción han aumentado incluso en los países más competitivos", afirmó Hunt.
Así, el analista explicó que mientras en los últimos años, un precio promedio de 3500 dólares la tonelada de leche en polvo fue suficiente para que la producción global creciera, para los próximos años se requerirá, estima, un precio cercano a los 4000 dólares la tonelada como mínimo.
La creciente demanda lechera de las regiones deficitarias, incapaces de reducir la brecha de su déficit productivo, permitirá brindar para los próximos cinco años la friolera de 25.000 millones de litros adicionales a los 61.500 millones que se comercializan anualmente a nivel mundial sin contar el intercambio dentro de la Unión Europea.