Un factor que gravita cada vez más

En Olavarría, los productores destacan las dificultades para conseguir personal capacitado y que quiera vivir en el campo.

Un factor que gravita cada vez más
26deMayode2014a las07:46

En Olavarría, uno de los partidos con mayor rodeo bovino de la provincia de Buenos Aires, hay cada vez más animales: la segunda campaña de vacunación de 2013 computó 764.612 cabezas, un crecimiento de 24.328 animales o del 3,28% versus la segunda campaña de vacunación de 2012. El partido aún está abajo del stock de 833.782 animales de 2004, pero viene recuperándose tras caer.

Los productores de la zona, donde el 85% de ellos realiza la cría en campos que son típicos de la cuenca del Salado, están buscando la vuelta al negocio para intensificarlo. Algunos incorporando más pasturas, cosechando más pasto, con mayor aprovechamiento de los recursos existentes o suplementando y hasta produciendo el alimento, los que lo pueden hacer con agricultura, para terminar en encierres sus propios animales.

Pero en el escenario asoman limitantes a la actividad. Y a la limitante de la menguante rentabilidad de los últimos años y a un negocio planchado por la intervención del Gobierno se agrega otro punto que gravita cada vez más y que aquí consideran un condicionante para el futuro: no abunda el personal para trabajar a campo, ya sea por cuestiones de capacitación, desarraigo, infraestructura, culturales y hasta por la inseguridad.

En el contexto de LA NACION Ganadera, la muestra realizada con la colaboración de Hereford, Limousin, Limangus y Shorthorn que finaliza mañana en la Sociedad Rural local, LA NACION habló con productores de Olavarría, que se detuvieron a analizar la problemática del personal.

"Las limitantes no son técnicas, aunque hay técnicas que el productor aún no incorporó y son de bajo costo. Las limitantes son de rentabilidad, costos y una presión impositiva significativa. Pero, además, el personal es escaso. Cada vez menos gente va a trabajar al campo", expresó Mario Carpi, que maneja un campo neto de cría, con 1850 cabezas de existencia.

Carpi cree que la cuestión del personal hoy es "un tema bastante complejo", que roza lo social.

"No creo que sea una cuestión de plata, pues los sueldos del campo en general no son malos y, además, se le agrega el aporte de comida, casa, herramientas de trabajo, etcétera. Pasa por lo social. Trabajar en el campo implica una forma de vida que no cualquiera está dispuesto a llevar a cabo. Le tiene que gustar vivir distanciado de la ciudad y trabajar a la intemperie. Es un trabajo que requiere cierta capacitación que históricamente se adquiría a la par de los padres o por vivir en el ámbito rural", dijo.

"Esa población se ha reducido y la falta de posibilidades de escolarización ha llevado a las familias al pueblo. Volver es más difícil o les resulta mejor trabajar por menor plata en el pueblo y tener mejor acceso a los amigos y a la diversión, a otro tipo de vida", opinó.