El clima, un fenómeno que impactará en la oferta
El ciclo lluvioso de los últimos meses afectó la infraestructura y la cadena forrajera en los “feedlots”. Lo que va a demorar la salida de novillos terminados para faena.
|Una oferta restringida por razones climáticas sostiene las cotizaciones por encima de lo esperado. Cuando finalizando el primer semestre del año comienzan a registrarse claras evidencias de que el consumo popular está flaqueando, la sucesión (y acumulación) de días lluviosos, húmedos y de temporales restringe los engordes y, sobre todo, la salida del gordo de los campos y corrales, compensando del lado de la oferta la declinación de la demanda por carne vacuna.
En la mayor parte de la zona pampeana, donde se encuentra más de la mitad del stock ganadero nacional y la mayoría de los feedlots , se ha registrado en los últimos cuatro meses un ciclo lluvioso inédito. Esto llevó a que la mayor parte de los caminos rurales estén intransitables. Dentro de los campos se han destruido los verdeos y praderas, y se rompe el campo intentando distribuir el silaje o la ración. La napa está altísima y las pocas lomas que a la vista tienen piso para pastoreo se vuelven un picadero a las pocas horas que entra la hacienda. Con los bajos (donde hoy ha sido relegada la ganadería) llenos de agua, el animal todo el tiempo mojado sufre claramente.
En lo que respecta a la invernada, se destruyen los caminos internos y las plazoletas se han convertido en un barrial, y no son pocos los que han debido suspender la suplementación. En la cría se observa un desmejoramiento evidente de los terneros destetados durante el otoño y que hoy encuentran pastos aguachentos y lavados; la parición ya ha comenzado y muchas vacas paren en las lomas, hacinadas, sin piso, con un ternero sufrido y hasta con alguna mortandad, temiéndose (por el estado corporal actual de la vaca) por el éxito de la próxima temporada de servicio. Muchos campos ya no tienen camino para sacar la hacienda, haciéndose desaconsejable el arreo por 10 o 15 kilómetros. Los caminos vecinales y los accesos a las ferias están intransitables, y en las mismas ferias, a poco de comenzar la clasificación y movimiento del ganado los corrales se quedan sin piso.