No cede la demanda de dólar para ahorro y provoca cortocircuitos en las filas del oficialismo

Un malentendido generó un contrapunto entre el principal asesor económico de Scioli en su campaña, el jefe del BCRA y la ministra de Economía provincial.

La polémica, en realidad, fue consecuencia de un malentendido.

La polémica, en realidad, fue consecuencia de un malentendido.

14deAbrilde2015a las08:37

El poder balsámico sobre las expectativas y la marcha de la economía que el Gobierno asigna al "dólar ahorro" quedó a la vista ayer en curiosas circunstancias, al trenzarse funcionarios y posibles sucesores en una polémica sobre la utilidad que debería tener este sistema. Polémica que, en realidad, fue consecuencia de un malentendido.

Jugado a tratar de recomponer su caudal electoral, el Gobierno volvió a aplicar este año la receta que tanto rédito le dio en 2011. Apostó nuevamente al atraso cambiario para tratar de mantener contenida la inflación y poder seguir mostrando estadísticas que ubiquen los salarios y las jubilaciones en un nivel de "envidia regional" medidos en divisas (gracias a ese rezago), pero mucho menos opulentos cuando se traducen en poder de compra cotidiano.

Es decir, puesto a administrar la escasez de dólares, esta vez el Gobierno priorizó a los ahorristas por sobre la demanda de las empresas, lo que tracciona a la baja el nivel de actividad, pero alienta al consumo. La apuesta, admiten los analistas, puede ser rendidora en el corto plazo. Pero resulta inviable en el mediano y largo plazo, aunque eso será problema de quien llegue en diciembre.

Tal vez esa expectativa de sucesión -potenciada por la mejora que habría registrado Daniel Scioli en los sondeos- es la que llevó anteayer a su principal asesor económico, el consultor Miguel Bein, a proclamar que no está dispuesto a "regalar el abastecimiento industrial del país a 10 millones de tipos que quieren llevarse el Banco Central a la casa", en una entrevista con Canal 26.