Forraje invernal a costa de biodiversidad

La promoción de raigrás anual con glifosato en la Depresión del Salado disminuye hasta 10 veces la cantidad de bacterias y hongos benéficos en el suelo, claves para la fertilidad.

La cría de ganado en la región se desarrolla sobre suelos bastante pobres en cuanto a materia orgánica y nutrientes.

La cría de ganado en la región se desarrolla sobre suelos bastante pobres en cuanto a materia orgánica y nutrientes.

03deSeptiembrede2015a las08:44

La Depresión del Salado, en la provincia de Buenos Aires, es una región típica de cría de ganado bovino sobre pastizales naturales. Una característica de estos campos es la baja producción forrajera en el invierno. Para salvar esta limitación, desde hace unos años se ha difundido la práctica llamada “promoción de raigrás anual” (Lolium multiflorum), un pasto clave por la calidad y la cantidad que produce en los meses fríos.

La promoción consiste en generar, a principios de otoño, condiciones favorables para que germine, se establezca y produzca en todo su potencial. Esto se logra eliminando la competencia de las especies de verano, generalmente por medio de la aplicación de un herbicida total como el glifosato. Estudios llevados a cabo en la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) demuestran que la aplicación de este herbicida puede disminuir de manera drástica la diversidad de comunidades de hongos micorrícicos arbusculares (HMA) y de bacterias fijadoras de nitrógeno (BFN) en el suelo. La reducción de la diversidad biológica afectaría negativamente la nutrición de las plantas y el funcionamiento del ecosistema. 

La cría de ganado en la región se desarrolla sobre suelos bastante pobres en cuanto a materia orgánica y nutrientes, y los estrechos márgenes brutos de la actividad no permiten la aplicación de dosis altas de fertilizantes. Por esta razón, la nutrición del pastizal depende en gran medida de bacterias y hongos que viven en simbiosis en las raíces. La simbiosis consiste en que estos microorganismos reciben azúcares de las plantas en las cuales habitan y, a su vez, les brindan nutrientes que obtienen de la atmósfera y del suelo. Mientras que las BFN proveen de nitrógeno atmosférico a las plantas, los HMA aportan fósforo y otros elementos del suelo.

“La aplicación reiterada de glifosato genera cambios en los pastizales de la Depresión del Salado. Varios estudios han demostrado la pérdida de especies forrajeras de verano muy valiosas, como Paspalum dilatatum (pasto miel) y la leguminosa Lotus tenuis“, explica a SLT Magdalena Druille, jefe de trabajos prácticos en Forrajicultura (FAUBA), doctora en ciencias agropecuarias y becaria postdoctoral del CONICET. “Sin embargo, hemos documentado que este herbicida tiene efectos tóxicos sobre otros organismos para los cuales no fue creado, como es el caso de los simbiontes del suelo. Perjudicarlos a través de esta práctica agronómica tendría consecuencias directas sobre la calidad y la cantidad del forraje producido”.