Síntomas de una incipiente vuelta a la ganadería: la invernada vive su primavera
Los terneros siguen muy firmes en el mercado no sólo por la escasez estacional, sino también por la demanda. Hay síntomas de una incipiente vuelta a la ganadería, a partir de los malos resultados de la agricultura y de la lechería.
|Hay una vuelta a la ganadería.
En los últimos 12 meses, el precio promedio de toda la hacienda en Liniers subió un 13 por ciento, con el ternero y la vaca que crecieron un 10 por ciento; y la vaquillona y el novillito, un 13. El novillo muy rezagado –probablemente condicionado por la caída exportadora– se incrementa en sólo un cuatro por ciento. Todo esto, frente a una inflación del 25 por ciento en los últimos doce meses.
El precio al mostrador sube sólo 12 por ciento, pese a que los subproductos (cuero, achuras y sebo, entre otros) han caído 50 por ciento, lo que marcaría que la caída de rentabilidad de frigoríficos y matarifes no ha podido ser trasladada al consumidor, como en otras oportunidades. Un mercado de gordo flojo, débil, pese a que no sobra hacienda terminada; la demanda del consumo interno, el 93 por ciento del total, muestra en las últimas semanas una nueva caída, después de la recuperación insinuada en julio.
Regreso incipiente
La exportación está muy preocupada por la devaluación en Brasil, que aumenta exponencialmente la competitividad de nuestros vecinos: en un año, la hacienda vale allí un 35 por ciento menos en términos de dólares, y se teme que eso se traslade a los precios a los que vende la carne ese país, cosa que hasta ahora no ha sucedido.