En el norte entrerriano, la carne y el arroz van de la mano

Hasta hace pocos años Horacio Esteves era un cirujano especializado en cabeza y cuello con sede en la ciudad de Concordia, Entre Ríos. Hoy rota pasturas con arroz y logra un sistema estable de alta producción.

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Horacio Esteves junto a un lote de toros. Al fondo, los silos de arroz.

Horacio Esteves junto a un lote de toros. Al fondo, los silos de arroz.

17deOctubrede2015a las10:04

Hasta hace pocos años Horacio Esteves era un cirujano especializado en cabeza y cuello con sede en la ciudad de Concordia, Entre Ríos. Hoy, con la misma precisión quirúrgica, dirige junto a su mujer María Inés Sardá el establecimiento La Colorada en la localidad de Los Conquistadores, donde integran el cultivo de arroz con la producción de carne, un plato bien típico del norte entrerriano.

La Colorada es un campo de 4.500 hectáreas que pertenece a la familia Sardá desde 1817. En aquellos tiempos de guerras y revoluciones, lo que pastaba bajo la sombra del monte eran ovejas. Hoy, cuatro generaciones después, el paisaje se transformó para dar paso a una revolución productiva. Aun quedan algunas ovejas para consumo local, pero los que disfrutan las pasturas y verdeos implantados son los toros, vacas y terneros Hereford. Además, a fines de los 90 se construyó una represa de 220 hectáreas que permitió, junto a un sistema de canales, administrar el agua y abrirle la tranquera a la producción de arroz, un cultivo que le aporta rentabilidad a todo el sistema.

El esquema de Esteves merece ser conocido. Por eso, hace pocos días lo eligió el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) para hacer una jornada a campo. Pero Clarín Rural lo recorrió antes, en exclusiva, junto a su dueño, quien contó todos sus detalles.

El área cultivable de La Colorada alcanza las 1.600 hectáreas y el arroz ocupa cada año 400 hectáreas que van rotando. En este momento se acaba de terminar la siembra del cultivo, y cuando las plantas hayan nacido se abrirán las compuertas de los canales para que el agua de la represa cubra los lotes. Se trata de campos con muy buena disponibilidad de materia orgánica, y los rendimientos pueden alcanzar los 9.000 kilos de arroz por hectárea.