"El país será potencia en la conversión de grano en proteína"

Argentina es un lugar estratégico para estar presente con miras a producir alimentos para el mercado local y el resto del mundo.

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Entrevista a Alexandre Borges, CEO para el Cono Sur de la alimentaria brasileña BRF.

Entrevista a Alexandre Borges, CEO para el Cono Sur de la alimentaria brasileña BRF.

09deNoviembrede2015a las08:18

Puede ser el "rey del pollo", pero también el de la hamburguesa o el de las salchichas. El destinatario de esos "títulos" es Alexandre Borges, CEO para el Cono Sur de BRF, el gigante brasileño de la alimentación mundial, que faena en el país 80.000 pollos por día y aspira a duplicar esa cifra el año próximo, elabora 3.750.000 hamburguesas por mes y produce 67,5 millones de salchichas mensuales. Con marcas como Paty, Vieníssima y Sadia, entre otras, muestra auténtica vocación de liderazgo en cada categoría.

Empresario de origen brasileño, que hace un año y nueve meses se instaló en el país, Borges dice que el diferencial que tienen respecto de otros compatriotas que compraron aquí y tuvieron que irse es que ellos ven a largo plazo y, además, tienen la tecnología adecuada para procesar el alimento y vender en el mercado local lo que éste necesita y exportar al mundo lo que el mundo reclama. Además confía en la oportunidad que se presenta en estas tierras. "Más tarde o más temprano, la Argentina va a ser una potencia mundial en conversión de grano en proteína", augura.

-¿Cuál es el atractivo que ve BRF en la Argentina?

-Nosotros -que tenemos una mirada de largo plazo en el rubro de alimentos- vemos que la Argentina tiene estructuralmente una vocación casi natural de producir granos y otras cosas, y el país es muy competitivo. Entonces, cuando pensamos en nuestro negocio, que se basa también en los granos y su conversión en proteína animal, es muy importante tener una presencia fuerte aquí. Así como pasó con Brasil en todo el crecimiento que tuvo de exportación y de consolidación como proveedor mundial de alimentos, también puede pasar con la Argentina. Es una posición estratégica estar acá, para integrar a nuestra plataforma global para atender al mundo, además del mercado doméstico. Queremos ser líderes en las categorías donde estamos, vemos el país como una oportunidad.

-En el tema de la carne, muchos compatriotas suyos compraron acá y tuvieron que vender. ¿No son un poco arriesgados ustedes en apostar acá?

-Trabajamos con las proteínas de pollo, de carne vacuna, de cerdo y de pescados. Para BRF, su fortaleza son los pollos, cerdos y alimentos procesados. Pero más que operar en commodities tratamos de avanzar en alimentos de valor agregado. Además, la carne vacuna no ha sido un gran enfoque nuestro. Aunque sí son un gran fuerte las hamburguesas, la carne vacuna es más un insumo para nosotros, mientras que para nuestros compatriotas que se fueron era su foco. Cuando pensamos en proteína natural nuestra fortaleza está más en pollos y cerdos. No estamos tan cerca de lo que pasa con los frigoríficos, porque no es nuestra área.

-Ahora, con todas las dificultades que hay en el país, como inflación y cepo al dólar, entre otros, ¿por qué siguen viendo atractiva a la Argentina?

-El país ciertamente tiene sus desafíos. Yo creo que una mayor apertura económica sería mejor para el país. Si tuviera una estructura de financiamiento de más largo plazo podría facilitar las inversiones. Y hay otros temas, como los que usted mencionó. Pero si miro la historia de BRF, somos gigantes en Medio Oriente, que está siempre en crisis; también en África, que no es de los lugares más estables. O sea que no nos preocupa tanto la coyuntura de corto plazo. Cuando operamos en países en vía de desarrollo se viven ciclos, a veces mejores, a veces peores. La mirada que tratamos de hacer es de largo plazo. Hoy no hay granos más baratos que los que hay aquí.

-¿Les conviene venir a transformar el grano en proteína aquí?

-Por supuesto, no tengo dudas de eso y de que la Argentina más tarde o menos tarde va a ser una potencia mundial en la conversión de grano en proteína. Entonces, nosotros no queremos estar afuera. La Argentina es un lugar en el mundo en el que hay que estar si se quiere transformar grano en proteína.

-¿Cuál es el diferencial que ustedes tienen en pollo, teniendo en cuenta que hay muchas empresas del rubro a las que les está yendo muy mal?

-Estamos viviendo un momento muy duro de la industria, tanto en el mercado local como en el de exportación, y por eso algunas empresas pasan por dificultades. Lo que pasa es que la industria nacional se ha concentrado en vender el producto commodity, con poco valor agregado. Acá tenemos en general un pollo más pesado, entero, que casi ningún lugar del mundo lo quiere. En Medio Oriente se vende de un kilo y acá hay de 3,2 kilos. Esto lo consume la Argentina, Chile y Venezuela, nada más. Todas las exportaciones de acá iban a Venezuela, pero ahora están cerradas las importaciones allí porque ese país está en un mal momento. Nadie compra los pollos grandes enteros pesados, y la industria local no tuvo la oportunidad de invertir para trozar. Entonces los pollos argentinos son enteros, pesados y con poca capacidad de congelamiento, y además a veces no tienen las relaciones comerciales para exportar. Nosotros exportamos a 110 países, tenemos 23 oficinas comerciales en el mundo. ¿Cuál es nuestra fortaleza? Tenemos dinero para invertir, estamos poniendo más valor agregado, lanzamos los pollos congelados por presas, traemos más practicidad, condiciones sanitarias mucho mejores, y nos salimos del commodity. Así también trozamos, porque a veces se prefiere un muslo o a veces la pechuga. Si querés vender las patas tenés que ir a China, si querés vender las alas tenés que ir a Asia, si querés vender la pechuga tenés que ir a Europa.

-¿Y ustedes pueden hacerlo?

-Totalmente. El año pasado integramos la producción local de la Argentina con toda la estructura global comercial y logística que tenemos en BRF. Acá compramos el huevo, hacemos la incubación, engordamos los pollos, los cortamos, hacemos el proceso completo. Hoy estamos en una posición muy distinta del resto de la industria, porque estamos en condiciones de congelar.

-¿Ya se transformó en el "señor pollo"?