El campo se prepara para el despegue

Las economías regionales, sin retenciones y con un valor del dólar más elevado, se entusiasman con la idea de volver a vender al exterior volúmenes logrados hace más de tres años.

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21deDiciembrede2015a las12:13

Un mundo feliz. Con esta frase puede resumirse el período que empieza para el campo desde 2016. Bueno, casi: los precios internacionales de los granos son la excepción a la regla, que no prometen acompañar el despegue del sector en cuanto a liberalización del mercado.

Sin embargo, y pese a las quejas sobre la intervención en el mercado durante el período de gestión kirchnerista mediante el cobro de retenciones (que llevó en 2008 al punto máximo de confrontación, con la Resolución 125 de retenciones móviles como bandera), aplicación de cuotas para poder exportar (los Registros de Operaciones de Exportación, ROE), la producción fue en aumento durante estos años y llegó en 2015 a una cosecha récord de poco más de 100 millones de toneladas.

Aseguran que esta cantidad podría haber sido superior de no haber mediado las "trabas" en la comercialización. "El año 2015 termina con una importante crisis de pérdida de competitividad, falta de rentabilidad, soportando la presión fiscal más alta de la historia, altas distorsiones de los precios relativos, elevados costos de producción y escasez de capital de trabajo", sostuvo a este diario Ernesto Ambrosetti, economista jefe del Instituto de Estudios Económicos de la Sociedad Rural Argentina.

En ese sentido, señaló que "la expectativa en el corto plazo es que disminuya la presión fiscal a través de la eliminación de los derechos de exportación; en el mediano plazo, la adecuación de otros impuestos nacionales y fuerte inversión en infraestructura".

Por estos motivos, la rebaja de la retención a la soja, en 5 puntos porcentuales por año, la eliminación de la que corresponde al trigo, maíz, cebada y sorgo, además de la carne, y la quita de los permisos especiales para exportar abren un panorama más alentador para el sector.

La soja y sus subproductos son el principal rubro de exportación de la Argentina, por lo tanto, también son la primera vía de ingreso de dólares al país, tan necesarios para motorizar otros sectores de la economía. A nivel del consolidado los ingresos de agrodólares cayeron en 2015 por la baja que se registró en los precios internacionales. De hecho, la soja en Chicago empezó el año con una cotización de u$s 374,52 la tonelada (mientras que en 2014 llegó a tocar el máximo de u$s 560 la tonelada) y, en los primeros días de diciembre osciló en torno a los u$s 330 la tonelada, una baja en 2015 del 12%. Lejos quedó el récord de u$s 650 la tonelada del 4 de septiembre de 2012, un máximo inimaginable en el mediano plazo.

La baja en el precio internacional de la soja responde a las superproducciones de los principales productores sojeros a nivel mundial. Mientras que Estados Unidos llegó al récord de 108 millones de toneladas y Brasil se encamina en la cosecha en curso alcanzar el máximo de 100 millones de toneladas, la Argentina (tercero en el podio) promete llegar en la campaña actual a los 57 millones (por debajo de la anterior, cuando superó los 60 millones de toneladas). Y en ese sentido el mercado es muy claro: más oferta, menor precio.

De acuerdo con las estimaciones de IERAL, las exportaciones de los commodities agrícolas dominantes y sus principales derivados industriales (15 productos relevados) cerrarán en el orden de los u$s 26.100 millones en 2015 contra u$s 29.200 millones del año 2014, es decir, con un ajuste de unos u$s 3.100 millones.

¿Qué se espera para cada sector?

Granos

"La campaña 2014/2015 tuvo balance positivo de producción, particularmente en soja, de la mano de rindes por encima de la media histórica y gracias a condiciones climáticas muy favorables. Esto se vio reflejado en un aumento importante en los volúmenes exportados de todos los productos del complejo sojero, con excepción del biodiésel de soja que no tuvo un buen año", explicó Juan Manuel Garzón, economista de la Fundación Mediterránea, al ser consultado sobre un balance de cómo termina el año.