La leche no es profeta en su tierra
La leche está presente en las góndolas argentinas en centenares de formas. Sin embargo, cuando se presenta sola, en un simple sachet o cartón, las preferencias bajan. El consumo personal llega a apenas el 60% del recomendado por los nutricionistas.
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El 78% del consumo es leche blanca, sea líquida o en polvo. Sigue consumo de yogures bebibles (11%) y luego de leches infantiles (6%).
Según datos de las principales empresas del sector, cada argentino consume, en promedio, alrededor de 44 litros de leche líquida por año. La cifra está lejos de los parámetros ideales ya que, según postula la Sociedad Argentina de Nutrición, sólo alcanza al 60% del consumo necesario.
Sector lechero en plena reconfiguración
La Serenísima, la principal empresa del ramo, acaba de asociarse nada menos que a Arcor, un gigante en el mundo de las golosinas y los alimentos. Además de los productos, ambas tienen una fortaleza: la distribución.
La Serenísima tiene una capilaridad como ninguna en materia de logística refrigerada, mientras que Arcor cuenta con una red similar en camiones secos. La potencialidad de las dos las hace muy competitivas.
