Alimentación programada, clave en el rinde del rodeo
El acceso limitado a forraje de calidad durante la gestación afecta el potencial productivo del ternero y la calidad de la carne.
Especialistas del INTA evaluaron los efectos que genera en los animales la falta de planificación en la nutrición.
Con el objetivo de aumentar la producción nacional de carne de calidad, la ganadería argentina tiene el desafío de utilizar la tecnología disponible para mejorar los índices de destete y peso de faena. Para esto, la alimentación aparece como una herramienta estratégica debido a que la restricción de forraje de calidad durante el período de gestación puede afectar no sólo el peso del ternero al nacer, sino también las características de la res.
La programación fetal es una herramienta que sirve para planificar la nutrición de los rodeos. En este sentido, Aníbal Pordomingo, coordinador del Programa Nacional de Producción Animal del INTA, aseguró que “la restricción de comida durante la gestación tiene efectos visibles sobre las crías; puede afectar desde la calidad y características de la res hasta el futuro desempeño reproductivo de las terneras”.
Esto se debe a que, durante las primeras etapas del embrión se moviliza la maquinaria genética que se ´programa´ a sí misma para dar forma y funcionalidad el nuevo ser. “Se sabe científicamente que este proceso de programación secuencial e integrada es influenciado directamente por factores externos tales como la nutrición, la sanidad y la temperatura dejando una impronta particular para toda la vida futura de ese animal en gestación”, detalló Pordomingo.
Investigaciones recientes en varias especies indican que la restricción nutricional durante la primera etapa de la gestación –primeros cuatro meses en el bovino– podría afectar el desarrollo del número de células musculares y con ello el desarrollo y el rendimiento de la res. Además, se estima que se vería afectado el sistema nervioso y humoral, que tienen que ver con la capacidad adaptativa, reproductiva y reactiva del animal.