Pautas para obtener un alimento de calidad

Una conservación adecuada del forraje permite contar con un insumo estratégico, fuente de fibra y proteína, para la producción ganadera.

Buenas prácticas para realizar henolaje de alfalfa.

Buenas prácticas para realizar henolaje de alfalfa.

07deDiciembrede2017a las10:03

Elegido por el alto valor proteico, el heno de alfalfa es uno de los recursos más utilizados para la alimentación del ganado en la Argentina y su correcta confección asegura un producto de alta calidad. Con el objetivo de garantizar su potencial nutricional, técnicos del INTA, junto con la Cámara Argentina de Contratistas Forrajeros (CACF), la Universidad Nacional de Villa María, asesores privados y empresas del sector, realizaron un documento que resume en diez puntos las buenas prácticas para su elaboración.

“El henolaje de alfalfa, erróneamente denominado silo de alfalfa, es un método de conservación química que consiste en cortar el forraje, orearlo hasta alcanzar un porcentaje de materia seca de entre un 45 % y 55 % y embolsarlo o empaquetarlo”, señaló Federico Sánchez –especialista en forrajes conservados del INTA Manfredi, Córdoba–, quien agregó: “Este proceso permite que se genere una fermentación láctica para su correcta conservación”.

A lo largo de los años, las técnicas para la confección del henolaje incluyeron distintos sistemas, maquinarias y prácticas. En la actualidad, el guardado de la alfalfa cortada en bolsas plásticas facilita que el proceso fermentativo se desarrolle en condiciones adecuadas.

“Si bien se trata de una práctica habitual en los establecimientos ganaderos, muchas veces recibimos consultas sobre momento de corte, contenido de humedad recomendado para el guardado, tamaño del picado y tipo de embolsado, por ejemplo”, detalló Sánchez.