Cómo prevenir el impacto del calor en el feedlot
Ante las altas temperaturas registradas durante los últimos días se elaboró una serie de recomendaciones sobre infraestructura y manejo.
Es conveniente considerar el efecto de la mortandad de animales.
Entramos al verano y con el aparecen los problemas relacionados al estrés térmico que afectan a la producción animal. La última semana de 2017 se presentó con elevadas temperaturas en la mayor parte del centro y norte del país, y esta situación seguramente va a ser frecuente durante los meses de enero y febrero próximos.
En producción animal se utiliza un índice llamado ITH (índice de temperatura y humedad) que combina diferentes temperaturas y humedad relativa para establecer un número que se relaciona con el potencial de estrés que las condiciones de tiempo que puede generar.
De esta forma, ITH superiores a 79 se consideran como nivel de estrés moderado y superiores a 84 estrés severo. Como se puede observar en el mapa, la última semana del año va a generar un ambiente de estrés moderado a severo en la mayor parte de la región pampeana y del NEA.
Efecto del estrés térmico en el feedlot
El Dr. Terry Mader, exprofesor asociado y consultor privado en temas ambientales, nos comentó en un viaje que realizamos a la Universidad de Nebraska, que los problemas de estrés por calor pueden llegar a afectar la supervivencia de los animales y que los mismos son cada vez más frecuentes debido al aumento creciente de las temperaturas estivales y también a la mayor actividad metabólica generada por un aumento en el calor de fermentación debido al agregado de grano a las raciones, el cual es cada vez más procesado.
El estrés térmico genera temblores, falta de incoordinación, colapso neurológico y muerte. También genera deshidratación, coagulación intravascular, colapso respiratorio y muerte del animal. La sangre se coagula por estrés calórico y genera un paro respiratorio.
El consumo de materia seca se reduce entre 5% y 10% desde el 15 de junio hasta el 30 de julio en USA (esto sería desde el 15 de diciembre al 30 de enero para la Argentina). La eficiencia de conversión de alimento en carne empeora más que este porcentaje (posiblemente al doble) por la combinación de un menor consumo y un mayor gasto energético. En casos extremos el efecto negativo puede llevar a la muerte de animales por golpe de calor (tal como ocurrió en varias regiones del noroeste de la provincia de Buenos Aires en febrero de este año.