Papas con nueva genética que producen 15% más
Investigadores de la UBA y el Conicet obtuvieron plantas de esta especie capaces de rendir una mayor cantidad de tubérculos que las comunes. Los resultados se podrían aplicar a otros cultivos de interés agronómico.
Plantas de papa utilizadas para la investigación del Conicet y UBA.
El cultivo de papa es uno de los más importantes de la Argentina. Según el Ministerio de Agroindustria de la Nación, en 2016 se sembraron 75.500 hectáreas, la producción superó los 2,4 millones de de toneladas y la demanda externa es creciente. En este marco, investigadores de la FAUBA estudiaron la manera de aumentar los rendimientos de la variedad Spunta, una de las más frecuentes en el mercado interno. Por medio de herramientas biotecnológicas consiguieron, en condiciones controladas de temperatura y riego, plantas más robustas que produjeron entre 10 y 15% más tubérculos que las plantas comunes. Además, el estudio reveló que la tecnología se podría aplicar a otras especies de interés agronómico, lo cual abre un espectro muy amplio de posibilidades a futuro.
“Por medio de ingeniería genética generamos plantas de papa más robustas, con más hojas y con más capacidad de producir hidratos de carbono a través del proceso de fotosíntesis. En consecuencia, las plantas produjeron entre 10 y 15% más papas —es decir, tubérculos— que las plantas normales. Si bien los tubérculos fueron algo más pequeños, la cantidad total por planta fue mayor, y eso se tradujo en que el rendimiento total por planta aumentara en la misma proporción”, explicó Javier Botto, Profesor Adjunto de la cátedra de Fisiología Vegetal de la FAUBA.
Por su parte, Carlos Crocco, docente de la misma cátedra, destacó otra particularidad de las plantas de papa transgénicas. “Nuestros resultados, que están publicados en la revista Plant Physiology, muestran que estas papas desarrollaron una capacidad notable para seguir fotosintetizando a buen ritmo en condiciones de radiación solar elevada, algo que sucede a menudo en condiciones de campo. Esto se debió a que las hojas sintetizaron unos compuestos específicos —llamados antocianas y fenoles— que les sirven como verdaderos ‘protectores solares’. Por lo tanto, creo que podemos empezar a pensar en que sería posible aplicar esta técnica biotecnológica a otros cultivos y a diferentes variedades de papa para potenciar su rendimiento”.