El valor de la información genética: por qué debe ser mejor aprovechado en ganadería

Una mala elección en genética animal puede llevar varios años en ser corregida.

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Los cambios genéticos se logran a partir de la elección de padres que se encuentran por encima del promedio de una población de referencia.

Los cambios genéticos se logran a partir de la elección de padres que se encuentran por encima del promedio de una población de referencia.

29deOctubrede2018a las12:14

Cuando el productor elige una bolsa de maíz lo hace en función de factores objetivos, tales como rinde potencial, ciclo o resistencia a plagas. Lo mismo debería ocurrir al seleccionar un toro. Una mala elección, en el primer caso, puede revertirse en la campaña siguiente. Pero en genética animal algo así puede llevar varios años.

Los empresarios ganaderos somos parte de una cadena de valor cuyo objetivo principal es generar carne vacuna que sea satisfactoria para un determinado perfil de cliente.

Los criadores, invernadores, feedlots, frigoríficos, cadenas de supermercados y carnicerías tienen necesidades y objetivos diferentes, pero todos tienen en común el hecho de gestionar un producto genético determinado desde el origen por el trabajo de las cabañas.

Los cambios genéticos se logran a partir de la elección de padres que se encuentran por encima del promedio de una población de referencia. Los diferentes programas de selección genética que se llevan a cabo en la Argentina (como ERA en Angus, ERBRA en Brangus y Breedplan en Angus y en Polled Hereford) procesan datos de variables productivas que se obtienen de cada individuo desde su nacimiento y durante su proceso de desarrollo, tales como peso al nacer, facilidad de parto, peso al año, peso final, peso vaca adulta o circunferencia escrotal. También se miden datos de interés para determinar la calidad del producto final (la carne), tales como área de ojo de bife, grasa dorsal e Intramuscular.