Después de la lluvia: la odisea de una tambera que desafía los caminos rurales

Hablamos con Lidia Sánchez, tambera del centro santafesino, que le da pelea a la falta de infraestructura, para sacar adelante al tambo y para darle educación a su familia.

Lidia Sánchez hace 15 años que trabaja en la lechería.

Lidia Sánchez hace 15 años que trabaja en la lechería.

07deMayode2019a las08:10

El temporal del domingo por la madrugada sorprendió en caudal y consecuencias. Si bien no fue el más intenso de los últimos meses, llegó al corazón de la cuenca lechera para volver a complicar la actividad y sobre todo para demostrar la falta de obras de infraestructura, en Santa Fe, en Córdoba, así como se viene viendo desde diciembre en Chaco, por ejemplo.

Muy en el centro santafesino, en Humboldt Chico, departamento Las Colonias, desde un tambo se pudo ver por redes sociales el padecimiento de vivir en el medio del campo, sin caminos.

Lidia Sánchez es tambera, ella ordeña y su rentabilidad proviene de compartir las escasas ganancias de la explotación con el dueño de la misma. Junto a su esposo y cuatro hijos se hacen cargo del tambo y las obligaciones como familia, donde la educación está bien por encima de muchas otras prioridades.

https://twitter.com/SanchezLidia3/status/1125164590780882950

El primer día de esta semana a través de Twitter, donde Lidia muestra su tarea cotidiana, se pudo compartir la odisea de sacar el auto de la familia hasta el camino arenado, para poder el lunes temprano llevar a una de sus hijas a la escuela. Entre agua y barro la misión fue cumplida, pero el esfuerzo repetido no cesa por la realidad de la ausencia de obras.

Desde hace 15 años trabaja en la lechería, hace una década que es tambera y hace tres años que está en el tambo actual, que “no tiene un arenado, un afirmado para poder salir del campo, para llegar directamente a la Ruta Provincial 70, que está a siete kilómetros, también para poder sacar la producción, sin romper los caminos, arriesgando al tractor”.

Del tambo al camino arenado más cercano están a 2,5 kilómetros, mientras que se deben sumar tres kilómetros más hasta el CER 560, donde los más chicos hacen la escuela primaria y se trasladan en bicicleta habitualmente. La hija mayor estudia en la Escuela Técnica de la localidad de Humboldt y el traslado hasta el pueblo es la odisea más compleja cada mañana después de un temporal. El lunes tenía una prueba y según ella “no podía faltar”. Por la tarde, en moto, Lidia también va al pueblo a estudiar todos los días.