Genética para lograr ovejas más resistentes a los parásitos intestinales

Especialistas del INTA Balcarce avanzan en la identificación de corderos resistentes de la raza Texel para incorporarlos en las evaluaciones de reproductores.

05deJuniode2019a las17:56

Especialistas del INTA Balcarce (Buenos Aires) están avanzando en la selección de genotipos ovinos con resistencia a los parásitos gastrointestinales para luego incorporarlos en las evaluaciones de reproductores a fin de lograr “majadas más resistentes, que tengan buena productividad y se desparasiten menos veces al año”.

Los parásitos gastrointestinales -apunta el INTA- son uno de los principales problemas sanitarios que afectan a los ovinos en pastoreo. Como sucede en otros lugares del mundo, en la Argentina la especie que más pérdidas económicas ocasiona es Haemonchus contortus, un nematodo que puede provocar mortandades superiores al 20% en las majadas, con disminuciones cercanas al 28% en la ganancia de peso y del 10% en la producción de vellón.

Durante décadas, el control de los parásitos por medio de fármacos antiparasitarios ha generado poblaciones de nematodos resistentes a la mayoría de los grupos químicos, lo que reduce significativamente la vida útil de los antiparasitarios.

Una de las alternativas que propone la investigación científica mundial es la selección de animales genéticamente resistentes. En la Argentina, especialistas del INTA trabajan en esta perspectiva y avanzan en la identificación de corderos resistentes para la raza Texel –hasta el momento no se conoce información en el país sobre la variabilidad genética de la raza para esta característica–. En el mediano plazo, se espera que los primeros animales seleccionados sean incorporados en las evaluaciones de reproductores.

Majadas más resistentes

Juliana Papaleo, investigadora del INTA Balcarce –Buenos Aires–, destacó que el estudio apunta a “lograr majadas más resistentes a los parásitos gastrointestinales, que tengan buena productividad y se desparasiten menos veces al año”.

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De acuerdo con la investigadora, la inversión en estas tecnologías trae beneficios económicos para el productor. “Con el tiempo, se reduce el número de animales muertos por causas de parasitosis y disminuyen otras variables como costos de insumos, tiempo y mano de obra”, detalló Papaleo.

“A su vez -agregó-, estas condiciones representan un beneficio para el ambiente y permiten que los potreros estén más limpios de parásitos para utilizarlos en momentos críticos del ciclo productivo, como la parición”.

Paso a paso

Hasta el momento, las evaluaciones permitieron identificar el potencial de resistencia en algunos animales de la raza Texel y, como línea de investigación, complementan los trabajos realizados en la raza Corriedale.

Las pruebas fueron desarrolladas durante dos años y constituyen la etapa inicial de mediciones y armado de la base de datos.