Un alivio para las vacas, con impacto productivo

Evalúan cómo mitigar el estrés calórico y mejorar el bienestar animal en tambos pampeanos con tecnologías de refrigeración. Lograron aumentar la eficiencia en la conversión de alimento a leche y en la cantidad de litros producidos por día.

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02deDiciembrede2019a las16:33

Con ocho años de ensayos a campo, una investigación realizada en el ámbito de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) y del INTA Rafaela, en la provincia de Santa Fe, analizó un conjunto de tecnologías para mitigar el estrés calórico en bovinos de leche, con prácticas de bajo costo y fácil implementación que permitieron aumentar la eficiencia de conversión del alimento y mejorar diferentes parámetros asociados al bienestar animal en tambos de pequeña y mediana escala.

“El estrés calórico ocasiona grandes pérdidas productivas en todas las cuencas lecheras del país, no sólo por la mortandad de los animales sino también por el impacto que genera en el bienestar y en la productividad”, afirmó Jorge Ghiano, egresado de la Maestría en Producción Animal de la Escuela Para Graduados (EPG) de la FAUBA y profesional del INTA, quien estuvo a cargo de las investigaciones en el marco de su posgrado.

Ghiano explicó que los animales sufren las altas temperaturas como los humanos, pero los bovinos de leche, capaces de producir hasta 70 litros diarios, tienen mayores requerimientos y están aún más expuestos a los efectos del calor. Para ilustrarlo, señaló: “Cuando las personas estamos en reposo, emitimos un calor constante equivalente al de una lamparita de 100 watts. En cambio, una vaca lechera libera al ambiente un calor proporcional a 17 de esas lámparas. Además, en verano la vaca recibe otras 16 lamparitas de 100 watts sobre su cuerpo por la radiación solar, con lo cual debería disipar constantemente el calor equivalente al emitido por unas 33 lamparitas de 100 watts”.

“El calor que genera ese animal, originado por todos los mecanismos fisiológicos que necesita para producir altos volúmenes de leche, más el calor qué recibe del ambiente, muchas veces puede llegar a ser fatal”, advirtió. Más allá de ese desenlace extremo, cuando los bovinos están estresados no producen lo deseado, bajan el consumo de alimentos y deprimen su sistema inmunológico, con lo cual quedan expuestos a afecciones que no le permiten expresar su potencial, además de sufrir un obvio disconfort.