Aumenta el riesgo de estrés por calor en el rodeo: recomendaciones de manejo

El Senasa brinda recomendaciones para prevenir el estrés calórico en el ganado bovino.

Debido a la llegada del verano y a las altas temperaturas, aumenta el riesgo de estrés por calor en el rodeo.

Debido a la llegada del verano y a las altas temperaturas, aumenta el riesgo de estrés por calor en el rodeo.

11deDiciembrede2019a las07:36

El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) compartió algunas medidas para prevenir el estrés calórico en el ganado. Las altas temperaturas pueden tener efectos negativos sobre la fisiología, la salud, el comportamiento y el estado mental de los animales, lo cual afecta negativamente su bienestar.

Como consecuencia del estrés calórico, disminuye la fertilidad, la producción y el rendimiento de los rodeos, mientras aumenta el riesgo de muerte por golpe de calor. Es por eso que cada día de estrés calórico representa un día de pérdida para los productores.

¿Qué es el ITH?

El índice de temperatura y humedad (ITH) es un número utilizado para evaluar si las condiciones ambientales resultan estresantes para los bovinos. El índice de seguridad climática para el ganado (LWSI) categoriza la intensidad del ITH, estableciendo que en bovinos para carne un ITH ≥ 75 se considera nivel de alerta, ≥ 79 de peligro y ≥ 84 de emergencia (Figura 1).

Para los bovinos lecheros un ITH>72 ya se considera nivel de alerta (aunque algunos autores lo consideran a partir de 68). A su vez, el ITH impactará en diferente medida en los animales según la radiación solar y la velocidad del viento.

Figura 1. Nivel de estrés térmico en bovinos para carne según el ITH, empleando la categorización del LSWI.

¿Qué es el estrés calórico?

Se denomina estrés calórico al conjunto de cambios fisiológicos y comportamentales que se desencadenan en los animales en ambientes con elevada temperatura, los cuales llevan a una disminución en la eficiencia productiva. Los signos que con mayor frecuencia pueden observarse en los bovinos son, en primera instancia, el aumento de la frecuencia respiratoria y del consumo de agua, así como la búsqueda de sombra. A medida que las condiciones estresantes se agravan, comienzan a observarse: disminución de los desplazamientos, reducción del consumo de alimentos, disminución del tiempo dedicado a rumia y descanso, jadeo, salivación excesiva y protrusión de la lengua.

Para estimar la severidad de las condiciones de estrés calórico a las que se encuentra expuesto un animal, es de relevancia contemplar no solo la intensidad del ITH (alerta, peligro o emergencia), sino también la duración (cantidad de días con ITH superior a 75) y la frecuencia de exposición a esas condiciones (cada cuanto tiempo se repiten las olas de calor). Para que un animal expuesto a condiciones de estrés térmico pueda perder el calor acumulado a lo largo del día y recuperarse, se estima que la temperatura debe descender por debajo de los 21 °C en la noche durante al menos unas seis u ocho horas.