Lácteos: la cuarentena cambió los patrones de consumo y la demanda de mayoristas cae un 20 %
En la tercera semana de aislamiento el consumo domiciliario no equipara las ventas habituales. Crece el consumo de leche fluida en sachet y baja el de productos elaborados.
El consumo de lácteos se adapta al aislamiento obligatorio y termina impactando sobre la industria láctea.
Argentina tuvo siempre un alto nivel de consumo, que cuando se reciente responde a cuestiones económicas y no tanto por preferencias de gusto como sí pasa en otros países. En este contexto la llegada intempestiva del coronavirus modificó los hábitos y gustos, lo que impacta incluso a los sectores que a pesar de las medidas siguen trabajando.
Es decir, los lácteos no escapan a la consideración de los consumidores al momento de ir al supermercado o al mercado del barrio. Esto es apuntar, en general, a los productos necesarios.
Baja considerable
Algunos industriales se animan a decir que 2019 no fue malo. El precio de la leche creció para el productor, muy impulsado un año atrás por cuestiones derivadas de la baja productiva por calor, pero que se pudo sostener durante toda la temporada, con un consumo que fue respondiendo de una manera mejor a la esperada o promovida en tiempos de elecciones.
El 2020 comenzó como en todo verano con el momento más bajo del consumo, aunque con un 26 por ciento más de ventas de lácteos comparando contra el 2019, que puede entenderse estacionalmente con un mayor número de personas vacacionando en el país. En cuanto a la entrega de leche a los industriales, aumentó un 5,5 % contra el año pasado.
Ahora, la cuarentena lo cambió todo, ya no hay planificaciones de producción por mes, o por semana, sino que muchos van trabajando día por día.